Pensaba llamar a esta entrada "El enemigo es el peso", pero reservo la mítica frase para un tema más apropiado. Aun así guarda una estrecha relación con la cuestión del peso, y cada vez son más las voces que se alzan en este sentido.
Hoy Catherham (fabricante atesanal de pequeños deportivos ingleses, réplicas autorizadas del mitico Lotus 7) confirma con datos una tendencia en el mercado inglés, de desplazamiento de los compradores de deportivos de lujo, hacia sus pequeñas obras artesanales. Cada vez más clientes de Porsche, Ferrari o Aston Martin encargan un Catherham Super 7, por ofrecer una exclusividad muy similar (o mayor), una elegancia propia de un coche que lleva fabricándose casi 50 años, unas prestaciones iguales o mejores que los superdeportivos mencionados, y un precio MUY inferior.
No es ningun secreto que un coche muy ligero es más rápido, más fiable, más económico y menos contaminante que un coche pesado, y es que si la mecánica (motor, chasis, frenos...) tiene que mover un peso mucho menor, lo hará con mayor soltura y sin casi esfuerzos.
Cambiar un Porsche por un Catherham es similar a cambiar el CD por el Vinilo. No tiene ni su tecnología, ni su equipamiento (no tiene ni puertas), ni su diseño puntero, pero a cambio tenemos la autenticidad de un coche que es ya un mito de las carreras (ojo, sin perjuicio de la laureada historia de Porsche en el automovilismo, y su enorme aportación año tras año a la competición y la consecución de maximas prestaciones). Un coche con el que es imposible disfrutar más de una escapada por la montaña, y un encanto propio de la exclusividad de un coche artesanal fabricado por un pequeño constructor inglés.
Esta bien, lo reconozco, no es todo tan retro como parece, su chasis, la geometría de sus suspensiones, sus frenos y los motores disponibles son completamente actuales, de hecho es lo atractivo del producto, el tener todos los beneficios de un auténtico clásico sin muchos de sus defectos. Estamos comprando clase, exclusividad y emociones muy fuertes, pero con un precio de compra menor y un mantenimiento propio de un pequeño coche utilitario (su mecánica es muy sencilla, y le basta un pequeño motor de 4 cilindros para superar a prestaciones a grandes misiles actuales con motores de 8, 10 y hasta 12 cilindros).
No me extraña que en Inglaterra, donde tan arraigada esta la afición por los buenos coches, se esté poniendo de moda el Seven. Es un capricho sin excusas, que solamente sirve para disfrutar, sin más utilidades, sin practicidad ninguna, así de sencillo. Es como comprarse unos zapatos de clavos para jugar al golf, sabemos que nunca nos servirán para nada más que eso. Es el descaro hecho coche.
PD: Para el que se sienta con ganas, Catherham vende tambien sus coches en "kits" de piezas para montarlo entero uno mismo y a su gusto, aunque si no somos mecánicos, terminarlo bien y que no nos sobren piezas es un lujo al alcance de unos pocos...
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