Así es, esta gente de Norfolk parece estar haciendo su agosto mientras cae un chaparrón terrible sobre el sector en general.
No hay datos concretos de ventas, pero sí grandes inversiones a los ojos de todos: Lanzan un nuevo modelo como tope de gama (el nuevo Evora con motor V6 Toyota y que plantará cara a los BMW Z4, Porsche Cayman S y demás artillería germana), establecen nueva planta de producción, y para colmo, ahora abren una nueva sede en Silverstone.
Su nueva sede será un concesionario Lotus en el corazón del mítico circuito de Silverstone, creado con un enfoque muy especial. El nuevo centro será una concesión para vehículos nuevos y seminuevos (como todos los demás), pero incluirá una especial atención a los coches de competición y para tandas (trackdays). Tiene una buena superficie de taller para el mantenimiento de los Lotus que vayan a correr al circuito, con todas las piezas y consumibles que sus clientes puedan necesitar en los "trackdays", y como guinda una buena oferta y exposición de merchandising.
Sin duda la iniciativa me parece de lo más acertada, pues ayuda a aumentar la leyenda deportiva de un fabricante que tiene la radicalidad por bandera, y que si bien parece estar creciendo y aumentando su mercado con productos para otros segmentos (como el Europa S, el Evora y el rumoreado Esprit), pero dejando bien claro con iniciativas como esta, que el espíritu racing sigue siendo el mismo.
Como todos sabeis, Lotus siempre ha seguido fiel a la doctrina de su fundador Colin Chapman, y con mitos como el Seven, Elan y Elise, siempre se han caracterizado por entender la deportividad como una radicalidad sin excusas. Su maximo enemigo es el peso, las asistencias electrónicas y todo elemento que no esté enfocado a conducir más rápido. Actualmente se nutren de motores Toyota, que posteriormente ponen a punto y potencian según sus exigencias, para lograr un perfecto equilibrio de fiabilidad japonesa y rendimiento deportivo.
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