Seremos muy breves...
Ayer ví un anuncio en la televisión que terminó de hacer que me arrancara los pelos de la cabeza mientras gruñía y rechinaba los dientes: Fiat Punto EVO.
Ya hemos hablado sobre cómo las marcas llevan unos años abusando del término "sport" para denominar a sus coches menos deportivos, y así bautizar a sus versiones familiares, monovolumen, todoterreno, etc. Entendemos que vende mucho, y que no es lo mismo que nuestro coche sea un "familiar" o un "ranchera" a que sea un "sportwagon" o un "sportback".
Pero Fiat ha colmado el vaso. EL término que tal vez sea más sagrado, e inequívoco para denominar a las versiones radicales de los últimos 25 ó 30 años. Dices "EVO" y te vienen a la mente las hazañas de esos míticos Lancer EVOlution, del BMW M3 SportEVOlution, del Mercedes-Benz 190 EVOlution II, el Lancia Delta EVOluzione... y otros tantos coches "normales" que con el distintivo mencionado sacaban a relucir su casta de alta competición, su preparación extrema, y su sangre azul.
Pero Fiat nos presenta un Punto, que se apellida EVO, que se ofrece con menos de 90cv, y que se caracteriza por un equipamiento puntero. Es como si al vino de guisar le apellidamos "gran reserva".
Mientras escribo estas líneas, sigo con el pulso acelerado, y mechones de pelo entre los dedos. ¡¡¿ES QUE YA NADA SE RESPETA?!! ¿Hemos perdido la vergüenza? ¿O es simple y llana ignorancia del responsable de este lanzamiento, y completo desconocimiento del sector en el que trabaja?