Al Melling es un visionario de los motores. Hace tiempo leí una entrevista en la prensa inglesa (no recuerdo si Pistonheads o Evo), y realmente dejaba todo muy claro. Para él hacer coches es un arte, y los motores son el corazón de sus obras. El concepto de motor deportivo de Melling es casi perfecto: La curva de par debe ser siempre ascendente junto con la de potencia, hasta el corte de inyección, y no como en la actualidad, que es plana desde abajo. De esta forma, a parte de dar una sensación de garra total (porque el empuje va en aumento a medida que sube de vueltas), hace que la idea de "motor puntiagudo" que necesita funcionar alto de vueltas vuelve a cobrar vida, como debe de ser en un deportivo.
Entre otros logros, tiene el de haber creado varios motores para las antiguas motos inglesas Norton, y entre esos proyectos, destaca un prototipo que realizó para un motor 1.500 cc, V8 para una moto, que desarrollaba más de 240cv. Si sacáis la calculadora, veréis que consigue mayor potencia específica que una Yamaha R1. Lógicamente y para beneplácito de las compañías de seguros, su Norton con V8 nunca pisó la calle... Y entonces fichó por TVR.
Entre otros logros, tiene el de haber creado varios motores para las antiguas motos inglesas Norton, y entre esos proyectos, destaca un prototipo que realizó para un motor 1.500 cc, V8 para una moto, que desarrollaba más de 240cv. Si sacáis la calculadora, veréis que consigue mayor potencia específica que una Yamaha R1. Lógicamente y para beneplácito de las compañías de seguros, su Norton con V8 nunca pisó la calle... Y entonces fichó por TVR.
(Los TVR siempre nos han parecido espantosos, pero son de esas maravillas radicales que habitan en la isla británica y nos hacen querer conducir por el "wrong side of the road"...)
Así, Melling es responsable del V8 que anima el TVR Speed Six, y es considerado un motor de culto entre los aficionados. Después de su marcha de TVR, decidió establecerse como fabricante, y así Melling Cars lanzó el Wildcat. Un deportivo biplaza con claro estilo retro, en la línea de los Jaguar E-Type descapotables. El cliente podía elegir cada detalle, y entre ellos, el motor. A su disposición tenía el motor V8 del TVR mencionado (la opción más vendida), el V8 del Corvette (la mítica saga LSx de la que pronto nos hablará el Sr. Coco), o el V8 Ford de Boss. Siempre con cambio manual, siempre con propulsión trasera. Además a cada motor le podías añadir un compresor, por si los más de 400 cv se quedaban cortos, y querías irte por encima de los 600 cv... ¿Lo gracioso de todo? Que daba 5 años de garantía.
(El Wildcat: Apetecible a más no poder. Motor Melling, diseño retro, frenos de escándalo...)
Ante la crisis financiera de 2008, Melling recurrió a fórmulas tan ingeniosas como su campaña de "Llévate un Wildcat por 200 libras", consistente en que cada participante compraba un boleto de sorteo por 200 libras, y se sorteaba. Se hizo en 3 ocasiones con cierto éxito, pero a la cuarta... llegó el desastre. La página web de Melling Cars cerró, la fábrica se vació de la noche a la mañana, y nadie supo más de nada. Los compradores de boletos del último sorteo ya han perdido la esperanza de ver el coche, y desde luego, de que le devuelvan su dinero...
(Ponle un marco, cuélgalo de la pared de tu casa, y cobra por entrar a verlo. El V8 de Melling.)
Melling, que andaba metido en mil proyectos diferentes, confiaba en dos pilares: El Cadillac Cien, un prototipo (que salía en el Gran Turismo 4) que llevaba un motor desarrollado por él; y su nuevo modelo de superdeportivo: el Hellcat. El Hellcat llevaba un V10 propio, con más de 1.100 cv y una carrocería monocasco de fibra de vidrio, así, mientras un Bugatti Veyron pesa por encima de los 2.000 Kg, el Hellcat pesaba 1.200 Kg, y con más potencia. Ninguno de los dos proyecto salió adelante. Sus aventuras en la Fórmula 1, con su empresa de consultoría tecnológica tampoco fueron a buen puerto, y a día de hoy parece que sólo ha dejado rastro de esto (no tiene desperdicio).
Por varias pesquisas que hemos seguido, se sabe que Melling se ha largado al sur de Portugal, ha dejado todo, y anda metido en un encargo del Gobierno de Portugal para desarrollar una gama de coches eléctricos. Hasta su web de coches ha sido eliminada, los dominios a nombre de un señor portugués, y las cuentas de correo están también suprimidas. Ni James Bond sabía desaparecer mejor de escena...
Muy interesante, nos quedamos con las ganas de ver el Hellcat
ResponderEliminarmenudo pájaro!!!
ResponderEliminarA ver, queridísimos amigos frutales, Al Melling es una eminencia mundial en el tema de motores, lo que pasa es que es un personajazo, que ha dejado todo manga por hombro y ha desaparecido.
ResponderEliminar¿El Hellcat? Pues sí, molaría, pero iba a ser un gasto de desarrollo tremendo para una rentabilidad casi cero. ¿El motivo de su ruina ha sido el Hellcat? Pues es probable, no lo sabemos...