Desmitificando el Punta-Tacón

En estos años trasteando con gente de todo tipo del mundo de los coches y deportivos, hemos visto miles de maneras de conducir, buenas y malas. Y si hay una cosa que llama la atención, es la ligereza con que la mayoría de la gente dice que hace el punta-tacón. Queremos aclararlo de una vez por todas: Qué es, qué no es, y cómo se hace.

El punta-tacón es una maniobra que se realiza para reducir una o más marchas mientras frenamos, de manera que el cambio sea más rápido, sin dejar de pisar el freno de manera constante, y sin que la reducción afecte a la detención del coche (que no dé tirón y cargue más el morro durante la frenada, o en el caso de los coches de tracción trasera, las ruedas se puedan bloquear provocando sobreviraje).

En todos los manuales que consultemos vendrá la versión antigua y más larga de la operación, el doble embrague (que es similar pero no es lo mismo), y la reducción con gas. Pero siendo honestos, hoy en día (y en los últimos 30 años) casi todos los coches llevan el cambio sincronizado y no necesitamos hacer esas cosas que hacían los camioneros en los años 60... así que vamos al grano:

Vamos en 3ª y queremos frenar fuerte mientras reducimos a 2ª. Frenamos con el pié derecho como de costumbre, con una presión constante sobre el pedal. Mientras lo hacemos, reducimos de la siguiente manera: Embrague con el pie izquierdo como siempre, pero ahora el pié derecho, que va pisando el freno con la punta, gira sobre la misma para dar un golpe al acelerador con el tacón. Al subir las revoluciones en vacío (llevamos el embrague pisado) metemos segunda y soltamos el embrague rápidamente. Durante todo el proceso no hemos dejado de frenar con la misma presión sobre el pedal.

(Video: Primero lo hace como hemos descrito, y después con la maniobra antigua que obligaba a poner punto muerto, soltar el embrague, dar ahí el acelerón y después volver a embragar para reducir. Comparad.)

Parece algo complejo, pero cuando se hace bien, es cosa de medio segundo (literal). Queremos insistir MUCHO en el tema de soltar el embrague rápidamente una vez metida la marcha y golpeado el acelerador. ¿Por qué? Pues porque la gracia del asunto es que se acople el giro del motor al giro de las ruedas, y para eso, o reducimos con el motor a más revoluciones, o el motor actuará como freno, cosa que queremos evitar a toda costa en esta maniobra. Hemos visto a mucha gente hacer el punta-tacón medio bien, pero por algún motivo dejan caer las revoluciones para luego soltar el embrague provocando el típico tirón de cuando reduces para retener: Un desastre.

El dibujo de arriba (que nos hemos currado para dejarlo bien clarito) muestra lo que hemos explicado en la figura de la izquierda. En la figura de la derecha se muestra otra variedad muy parecida, en que mantenemos el freno pisado con la punta del pie, pero accionamos el acelerador con el lateral del mismo más que con el tacón. En determinados coches la forma de los pedales facilita el hacerlo así. Es básicamente lo mismo.

Incluso hemos visto quien lo hace con el pié derecho al revés: Frenando con el tacón y acelerando con la punta. A raíz de ver esta variante hiper extraña, investigamos sobre ella, y ciertamente hay algún piloto de carreras que lo ha hecho así, pero es menos del 0'0000001% de los conductores, por la sencilla razón de que la maniobra que queremos asegurar es la frenada, y si lo hacemos con la punta del pié lo pisamos con mayor seguridad que con el talón. Si eres uno de estos, creo que vale mucho la pena intentar hacerlo correctamente, aunque nos toque volver a aprender de cero, porque realmente se gana si lo hacemos bien.

Es importante también saber que las primeras 20.811.620 veces que lo hagamos nos saldrá de pena, daremos un tirón (hacia adelante o hacia atrás según andemos cortos o largos con el acelerador), pero poco a poco nos irá saliendo. Requiere bastante tacto y repetir una y otra vez hasta que sale, pero luego se hace forma intuitiva y nos ayudará a conducir más suavemente cuando vamos tranquilos, y más rápidamente cuando vamos a fuego.

(Los pedales de Miguelito permiten reducir en once millonésimas de segundo, si vas conduciendo tranquilo)

Otra advertencia: No todos los pedales de los coches permiten hacer el punta-tacón. Hay algunos coches que tienen el acelerador muy profundo, o muy arriba, o muy separado. Esto se soluciona con los típicos pedales Sparco de 30 euros, que podemos atornillar a los pedales del coche para acercar el freno y el acelerador, y añadirle algún suplemento o no al pedal derecho para subirlo o bajarlo y dejarlo a nuestra medida.

Ahora, a practicar. Mucho. Muchísimo. En un tracción delantera nos ayudará a ser más rápidos. En un coche de propulsión trasera nos ayudará a frenar mejor y reducir mejor, y de paso no acabar trompeando sin darnos cuenta. Esperamos que la cosa haya quedado suficientemente clara, que hayamos desterrados los miles de mitos y vicios de la gente que cree que lo hace bien, y encima enseñan a los demás a hacerlo mal.