Prueba Honda Integra Type-R (DC2)

Primera prueba de 2012. Nos estrenamos con un coche que teníamos encaprichado desde hace tiempo, por haber sido considerado durante mucho tiempo el mejor tracción delantera del mundo. La esencia de los Honda rápidos de antaño, concentrada en forma de pequeño coupé 2 puertas, con motor atmosférico rabioso hasta el infinito, y un chasis prodigioso. ¿Nunca habías visto uno? Pues nosotros en un día nos encontramos con dos... Con todos ustedes, el Honda Integra Type-R.

No os voy a aburrir con datos de wikipedia porque aquí no estamos para eso, pero resumiendo una barbaridad a los datos que nos interesan, se trata de un Honda deportivo de los 90 (época dorada de los deportivos japoneses más míticos), que durante muchos años ha sido el coche de tracción delantera más rápido de la escena. Porque nos encontramos ante un ligero coupé que en vivo resulta realmente más pequeño de lo que pensabas, porque tiene un motor 1.8 Vtec (B18) con más de 190 cv atmosféricos, que corta a 8.500 rpm, y que de serie cuenta con un diferencial autoblocante realmente delicioso, unos asientos Recaro Speed (míticos), y carece de todo lo demás (el aire acondicionado era un extra que su dueño instaló posteriormente, el parabrisas va también aligerado de serie, y no lleva practicamente nada de aislantes, por ejemplo). Aquí en España es realmente complicado ver uno, y nosotros que nos movemos habitualmente en el mundo de los deportivos japoneses, apenas hemos podido ver 3 ó 4 durante años...

Por eso cuando al fin pudimos sentar nuestras reales posaderas en los Recaro de un Integra Type-R de verdad, nos invadió una magia muy especial. Se trata de un coche muy cotizado, sobre el que se han contado verdaderas aventuras de matagigantes, y todo ese bagaje pesa ahora sobre nuestras espaldas...

Lo que primero te impresiona es lo logrado de su puesto de conducción, que muy en la línea de los Honda "pata negra", parece invitarte a conducir con los 5 sentidos, y olvidarte de elementos superfluos que puedan distraerte (aunque el diseño interior no nos parece ninguna maravilla la vista, ojo). La posición al volante es natural a la vez que deportiva, muy de coupé, y tanto el volante como la palanca de cambios (bastante rara por cierto, aunque efectiva) quedan en el sitio en que esperas encontrarlos. Avanzamos los primeros metros y la dirección se mueve dura y precisa, como nos gusta. Vamos a ver a qué sabe...

Salimos de la ciudad y nos proponemos un recorrido con un poco de todo, curvas rápidas, rotondas, autovía, calles, y hasta un polígono industrial con todas sus trampas a nuestra disposición. De momento vamos llaneando por una vía rápida, para cogerle el son al coche. Va bien, oiga, va durito de suspensiones, pero nada escandaloso, la dirección ahora muestra su dureza convertida en inmediatez, y aunque tiene 3 vueltas entre topes, no se nos hace nada aparatosa por el momento. Y eso sí, el ronroneo del motor B18 nos va anunciando lo que se avecina...

Porque cuando se abre un poco la pista, y podemos despegar, hacemos una reducción inmediata (tanto el doble embrague como el punta tacón salen de forma natural por sus pedales y por la pronta respuesta del acelerador), subimos hasta 5.000 rpm, y aceleramos hasta que el VTEC entra en escena, justo a 5.500 rpm... El coche empuja como una flecha y la aguja del cuentarrevoluciones sube como loca por encima de 8.000 rpm, momento en que vamos pensando en subir una marcha. La palanca decimos que tiene una forma rara, pero con un tacto preciso y durillo, engrana con agilidad la siguiente velocidad, y el motor vuelve a sonar metálico y agresivo como nos tienen acostumbrados este tipo de motores Honda. Es una respuesta contundente, que si bien no tiene el par de un turbo (que nunca lo tendrá, ojo), aprieta con toda la decisión que puede entregar un 1.8 aspirado, que incluso aparenta tener más cilindrada. 

¿Es cierto que se nota mucho cambio con la entrada del Vtec? Sí, pero no esperes tragarte las muelas. Es decir, el motor realmente no van tan vacío abajo como para pensar en una patada turbo, es más, impresiona lo bien que se mueve en la zona baja-media (ya quisiera nuestro Clio RS tener tan buenos bajos), y sobre las 4.000 rpm ya dispones de un tirón suficiente como para salir disparado. El tema es que a las 5.500 rpm la distribución cambia, con un leve tironcito de aceleración, cambia ligeramente el sonido, y puedes notar cómo la respuesta se vuelve más contundente hasta el corte de inyección, en torno a las 8.500 rpm. Es importante tener clara la entrega de potencia que acabamos de describir para entender el siguiente apartado:

Caja de cambios: Es de 5 velocidades, y aunque se mueve con un tacto realmente delicioso por su brusquedad y precisión, las marchas son largas, y se nota. ¿Es una pega? Lo sería si el motor sólo funcionase muy arriba, pero en este caso, el B18 ya hemos dicho que dispone de cuerda suficiente desde la zona media, y por eso no nos importa que pueda bajar un poco de vueltas al subir hierros, porque no nos va a dejar colgados. Es cierto que conduciendo "al ataquerr" y cambiando donde tenemos que cambiar (entre 7.800 y 8.200 rpm según toque), casi siempre volveremos a la zona Vtec del cuentavueltas en la marcha siguiente. No sufrais hijos míos, que aunque el coche se merece una caja de 6 marchas más corta (para terminar de redondear la jugada), la que lleva no supone ningún problema.

Y empiezan las rotondas, nos vamos meneando en los Recaros cogiendo confianza, hasta que nos sorprende una zona en obras delimitada por conos y barreras de plástico rojas y blancas, que por si no termina de parecernos la típica "super especial" de rallye extraño, nos obliga a coger una rotonda habilitada en sentido contrario para continuar la marcha (con ambos sentidos bien delimitados, ojo). Y lógicamente se nos nubla la vista, nos empieza a hervir la sangre, y vamos a hacer todo un scratch... ¿Cómo va por las curvas? Resumimos ahora para que se comprenda lo que vamos a decir en el siguiente párrafo, sin que nadie nos amenace de muerte otra vez: El chasis es excelente, rígido, plano, y de reacciones vivas. Ambos ejes obedecen a la perfección, y donde apuntas con el volante el coche coloca las ruedas con total sumisión. Los frenos responden con suficiencia, no son espectaculares, pero sí mucho mejores que los de otros deportivos nipones de esos años (en realidad casi todos pecaban de no frenar), y nos han parecido muy dignos. Si vas forzando el asunto, puedes notar cómo el autoblocante mete el morro hacia el interior de nuevo al abrir gas, con suavidad y de una forma más o menos predecible (más noble que en otros coches de tracción delantera con autoblocante, que parece que están deseando subirse al interior de la rotonda y tirarse a la fuente). Es cierto que al límite se siente un poco nervioso, y aunque más o menos se insinúa de ambos ejes, tanto las suspensiones como el diferencial consiguen meter el coche en lo negro con eficacia. Peeeero...

...Peeero no olvidemos que estamos ante un coche tracción delantera de los años 90. Con todo lo bueno y con todo lo malo (bueno, no "todo", porque mola más que los demás). Y al final de la hazaña, la sensación que tienes es la de conducir una especia de "super GTi ciclado" por todos lados. Es decir, nos recuerda a nuestro Peugeot 106 Rallye pero con más de todo, más motor, más chasis, más frenos, y mejor en todo; pero con esa sensación de conducción directa, inmediata, nerviosa y divertida. En qué quedamos, ¿Es un defecto o una virtud? Pues depende, si no te gustan los coches de tracción delantera, este no te va a hacer cambiar, desde luego. Pero si eres fan de los pepinillos tipo GTi, el Integra es su máximo exponente. Porque es como llevar un utilitario deportivo, con un rabioso motor que funciona muy "de carreras", con autoblocante, con frenos potentes, un puesto de conducción en condiciones, y un chasis mucho más puntero de lo que te esperas. Lo cual hace que las sensaciones a que estamos acostumbrados en este tipo de coches vayan un paso más allá. ¿Ahora ya te parece una virtud o un defecto? Yo todavía no me aclaro, pero es cierto que me lo he pasado bomba con él, y que a más de un farfollas con un pretendido deportivo moderno le das un susto considerable.

(Efectivamente, si conducir un Integra Type-R es complicado de conseguir, encontrarse con otro en el camino, es algo insólito. Por supuesto, ese día compramos lotería, y obviamente no nos ha tocado ni el reintegro)

Resumiendo la situación actual del Honda Integra DC2: Se trata de un coche célebre, para gente que busca lo mejor de los Honda de los 90. Es un coche rápido incluso en comparación con muchos coches de ahora (no corre tanto como el más reciente Civic Ep3, pero tampoco se queda mucho más atrás, como referencia); y en el que a poco que sepas de tuercas, notas cómo todo en él está pensado para correr. El problema es que es un coche muy mitificado, que se cotiza a precio de locura. Hablamos de pagar en torno a 10 - 12.000 euros por una unidad en buen estado. Desde luego si eres un fan de la marca, no te va a defraudar, pero si gustas de más cositas y de otros mercados, nos parece excesivo pagar 12k por un coche que al fin y al cabo, y por mucho que nos guste, es un tracción delantera con 190 cv. Ni más ni menos, es eso. Insisto en que es un coche increíble, y que te ofrece toneladas de emoción, pero oiga, que por estas cifras que manejamos, podemos encontrar también el Civic Ep3, el Clio RS con pocos kilómetros, y si queremos, podemos irnos al lado de los propulsión y hasta tenemos buenos M3 E36 con poco uso por este precio. No es lo mismo, desde luego, y el que busca un Integra, no busca un M3, ni un S14, ni un Clio RS, ni un tractor con alerones. Busca el Integra Type-R por lo que es, lo que significa, y lo que ofrece. 

PD1: Gracias a nuestro amigo y seguidor, el Sr.Aceituna, por habernos permitido hacer esta prueba con su coche, un DC2 en estado impecable, que no deja conducir ni a su padre, y que ha tenido a bien sufrir una tarde en el asiento del copiloto para ver cómo nos aprovechábamos de su generosidad. ¡Eres muy grande! ;)


PD2: Una vez más, podéis ver las fotos en un tamaño aceptable si pincháis sobre ellas... Y una vez más, como yo soy un inepto manejando una cámara, ha sido el Sr.Coco el encargado de inmortalizar el momento...