Prueba Nissan 350Z (z33)

Aunque casi nos hacemos ricos con nuestra anterior prueba, hoy vamos a volver por nuestros fueros, y lo hacemos en plan radical: Con un deportivo japonés de 300 cv, propulsión trasera, y lleno de chucherías. Y como alguno nos pidió "fotos punk" de los coches que probamos en acción, hoy esperamos complaceros en ese aspecto... Con todos ustedes: El Nissan 350Z.

(Una vez más, haciendo click en las fotos se ven más grandes, y para un día que me salen un poco decentes...)

El Nissan Z es un coche que siempre me ha encantado, he podido probar algunos de ellos (cabrio y coupé), y siempre me han parecido estupendos: Sirven para todo, corren decentemente, frenan bien, agarran cuando quieres, derrapan cuando te excedes, se controlan a capricho, y para colmo son fiables y duros como una roca. Esta prueba la voy a narrar tanto a la vista del coche que os mostramos (que Alex nos ha dejado muy amablemente) y a la vez basándome en las anteriores veces que he podido conducir un 350Z, si bien esta ocasión es especial: Hoy por fin hemos podido probar uno con unas cuantas mejoras instaladas, y hemos comprobado cómo un coche redondo puede mejorar aún más si sabes qué hay que comprar y qué no. Vamos allá:

La línea del Nissan 350Z es conocida por todos: Multitud de curvas se combinan con aristas afiladas, y sus proporciones son más o menos las de un coche "gordote", es decir, bajo, ancho y con una longitud contenida. Es suficientemente largo como para tener una batalla holgada, que permita estabilidad a alta velocidad, pero no demasiado, y por eso no penaliza la agilidad en las curvas. Además sus 4 ruedas se encuentran en las 4 esquinas del coche, logrando un reparto de pesos bastante acertado y un control muy sensitivo en todas las situaciones.

En este caso concreto, el 350Z de Alex viene aderezado con una serie de mejoras muy del estilo JDM: Llantas Nismo (Rays) forjadas de 19", suspensión Tein Flex (coilovers regulables bastante decentes, que sin entrar en la radicalidad de los MonoFlex son bastante más serios que los SuperStreet), filtro de aire Nismo (de sustitución), arneses Takata, alerón trasero (Giacuzzo), y unos preciosos escapes Fujitsubo, que para nuestra sorpresa son línea completa desde los colectores (incluidos) hasta al final. La planta del coche es imponente. Sobre el resto de chuches que no se ven, pasamos a detallarlas más adelante.

Ya en su interior se mantiene la idea de deportivo que sirve para todo: Si tenemos en cuenta que se trata de un coche biplaza, nos encontramos con un acabado interior bastante a la japonesa, con abundante plástico, pero de decente calidad, y cuero en los asientos, volante, pomo, y paneles de puerta. Su equipamiento es bastante completo y no le falta de nada, pero siempre de trata de cosas que no interfieren en su deportividad, y por tanto no sobran. Es una posición de conducción agradable, natural, y los asientos sujetan bien para conducir alegre por la calle (no por circuito). No hay problema ninguno en conducir este coche a diario, en irse de viaje bien lejos, o lo que se te ocurra, porque cuando no vas incendiado perdido te olvidas de sus 300 cv y te trata con comodidad como una berlina de cierto nivel. Y eso se agradece bastante.

En cuanto arrancas el motor se te pone una sonrisa en la cara: Es un 3.500 V6 bastante bien afinado, y suena con un tonillo orgánico muy propio de coche serio, recuerda a los recientemente extintos V6 de Alfa Romeo (salvando las distancias), pero con una nota un poco más metálica, propia de muchos coches nipones. A mí personalmente es un sonido que me encanta, es descaradamente deportivo cuando aceleras, cuando retienes, y hasta al ralentí. Si añadimos dos mejoras de este coche, como son el escape Fujitsubo y el volante de inercia aligerado (poleas también aligeradas), que lo hace subir de vueltas en vacío como una moto, la experiencia empieza a ponerse entretenida. Pisamos su embrague semicerámico Exedy (Stage 1) y nos concentramos en que acople sin calar el coche. Una vez conseguido salimos de allí como alma que lleva al diablo, y la gente nos mira... no por mucho tiempo. Ya no estamos a su alcance.

(¿Se ve bien el escape o queréis que me tire debajo del coche? ¿No os vale con mi reflejo en posición ultra-humillante?)

Su motor es de la primera serie, de 280 cv pero con la actualización a la versión posterior, de 300 cv. Lo primero que llama la atención de este V6 (a parte del sonido, insisto) es la entrega de potencia, totalmente lineal desde abajo hasta arriba. No hay escalones ni cambios acusados en su rendimiento, empiezas con energía desde abajo y sube de vueltas de forma constante hasta arriba, y a medida que aquello coge velocidad su sonido se va volviendo más violento, más agudo, la gente se va apartando de tu camino, y cuando te quieres dar cuenta se te acaba la marcha y tienes que meter otro hierro. ¿Es buena esa manera de entregar la potencia? Veamos:

(El bloque relativamente retrasado respecto a las torretas, como debe ser)

Para una conducción relajada es perfecta, porque como va bastante abultado de par desde abajo, no necesitas cambiar de marcha, y siempre va suave. Si quieres agilidad y respuesta, bien para corregir trazadas puntualmente incorrectas o simplemente para meterle un cebollazo al acelerador y poner el coche de lado, también es perfecto porque tienes fuerza desde el ralentí y responde al primer toque. En cambio si buscas una respuesta rabiosa y un carácter puntiagudo, no te va a gustar. Poca gente se da cuenta de que un motor puede parecer que tiene más garra por su simple entrega de potencia, que va de bastante menos a bastante más (es decir, progresión exponencial en lugar de geométrica), y parece que a medida que va subiendo de vueltas aquello va a explotar, y con el Z en cambio no sucede eso, porque ya va rindiendo desde abajo y estira linealmente hasta casi el corte. En resumen: Es cuestión de gustos y preferencias personales.

Su frenada es sobradamente buena, porque si la dotación de serie con pinzas Brembo (serie oro) de 4 pistones delante y 2 pistones detrás no es suficientemente buena, el 350Z de Alex incluye discos Brembo perforados de 330 mm, latiguillos metálicos, pastillas Ferodo DS3000, y líquido de frenos Motul  BF660. A parte de que la mordida mejora y se nota, se agradece el tacto de los latiguillos metálicos, y se aprecia en un menor calentamiento del equipo completo, si bien cuando he podido probar el Cabrio (más pesado) en circuito, no he notado un calentamiento excesivo, y podías ir alternando vueltas al ataquerrr y vueltas "ligeritas" sin llegar al drama, y sin tener que ir pisando webs...

(¿Quién pidió fotos "punk"? Aquí tiene algunas...)

Y por fin llegamos a las primeras curvas, rotondas, y demás. Tenemos muy en cuenta que no nos podemos engañar: Aunque el chasis sea bastante ágil y transmita seguridad, se trata de un coche que pesa más de 1.500 Kg, y eso es bastante peso para un coche deportivo de dos plazas y tamaño contenido. Las suspensiones Tein Flex funcionan a la perfección, con dureza inicial, se asientan rápido y una vez que el coche ha cogido la postura, puedes controlarlo con confianza abriendo gas a placer. Notas bastante bien el peso que recibe cada rueda, y su paso por curva es bastante neutral, sin acusar demasiado subviraje ni sobreviraje. Cosa distinta es que tú lo quieras provocar, le toques las narices, y el Z te enseñe los dientes...

... y cuando eso sucede, todavía tienes riendas para sujetarlo. La primera vez que lo intentes te vas a morir de pena porque no has desconectado el control de tracción, y eso en este coche es bastante violento: No frena la rueda que patina (por favor, que lleva autoblocante...), sino que te corta la inyección del motor, como una madre que arrebata un juguete a su hijo por ser malo. Te corta el motor y te quedas en el sitio desolado, sin poder lucir tus habilidades ante el resto de conductores de la rotonda. La experiencia sería perfecta si el equipo de música Bose reprodujera un sonoro "Ooooooh..." Pero entonces lo desactivas, vuelves a intentarlo, y empieza la alegría: Ni ruedas Falken blandas y anchas, ni llantas de 19", ni nada: El coche ya desde 3.000 rpm tiene fuerza suficiente para ponerse de lado, corriges con su pequeño volante, y ya vas dando golpes constantes de gas para controlar el ángulo. El diferencial engancha a la primera, y a medida que vas cruzando y acelerando, el Z va ganando velocidad y al final sales del giro bastante rápido, con el orgullo por las nubes, y una cara de loco bastante graciosa. El sonido del V6 bramando (o aullando, como prefieras) y las ruedas deslizando es bastante hardcore. Yo las anteriores veces que he probado el Z siempre lo he hecho así, y funciona. Alguno lo sujeta con medio pedal pisado de forma constante, otros lo tiran de lado con toda su mala leche y salen de allí con gas a fondo (y bastante fe en todo el santoral)... hay mil maneras de encabronar a un Nissan Z, y como su reparto de pesos es muy bueno, y sientes bastante bien todo lo que pasa, te deja mucho margen de actuación. Insisto en que este coche sería sublime si ademas de lo anterior, pesara 150 Kg menos.

(Un Nissan Z derrapando y un anuncio de McDonalds que dice "Euforia". ¿Qué más quieres en esta vida si ya lo tienes todo?)

Las marchas se accionan con una palanca corta y de accionamiento más bien tirando a duro, pero preciso. Con la entrega de potencia de la que hemos hablado los ingenieros de Nissan se han permitido unos desarrollos normalitos en marchas cortas, pero que se van alargando poco a poco a medida que subes hierros, porque como hay bajos suficientes, no pasa nada si la 5ª y la 6ª son más largas que un día sin pan. De hecho, eso te permite elegir en 6ª: ¿Lo llevo a velocidad razonable y ahorro combustible para luego o me pongo a azotarle? Si eliges lo segundo, a parte de realizarte como persona y ser un poco más feliz, te sorprendes con la facilidad que tiene para duplicar el límite de velocidad legal de la autopista, superar la limitación de las berlinas alemanas, y seguir un buen trecho más... Cuidadito.

(Mira que es bonito... Y tiene pinta de que va a envejecer bastante bien, aunque para gustos...)

En resumen: El coche ya sabéis que me gusta, siempre que he probado uno me ha dado una sensación precisa: No me entusiasma como si estuviera llevando la máquina definitiva de la muerte, pero es agradable en todo, es divertido y es un deportivo "en condiciones", es decir: Con un motor potente, tracción trasera y autoblocante, buen reparto de pesos, suena bien, se controla bien, y es fiable. La pega es doble, y ya la he comentado: Su peso pesado y su entrega de potencia si buscas algo lleno de rabia. Porque no se entiende que un coche biplaza de tamaño contenido pese más de 1.500 Kg (y sin tracciones integrales ni historias), aunque es cierto que su chasis y su comportamiento ágil lo disimulan bien. Por otra parte, que el motor sea tan lineal a mí me gusta, pero entiendo que en un coche con un carácter tan marcadamente deportivo esperas que a medida que sube de vueltas la cosa se ponga violenta, y eso no sucede aquí. Como contrapartida esa entrega plana hace que en bajas el coche responda bien, y te permita conducir como un auténtico energúmeno.

Pero todo tiene su fin en esta vida, y a nosotros se nos acaba el tiempo de probar el Nissan 350Z de Alex. Así que nos bajamos del coche y lo dejamos ronroneando a nuestra espalda, mientras nos volvemos a subir al utilitario en el que hemos venido. Todavía escuchamos el V6 alejarse dos calles más atrás, y a la primera rotonda que llegamos nos entran ganas de darle un zapatazo para cruzarnos, pero hamijos, esto no es un Z...