Prueba Chevrolet Corvette Z06

Motor V8 de 7 litros, más de 500 cv de potencia y más de 600 Nm de par. Suspensión sideral, frenos salvajes, ruedas de 325 en llanta 19, control de tracción y estabilidad... y nada de todo eso consigue meter al Corvette Z06 en su sitio. Con todos ustedes, el coche más brutal que se ha cruzado nunca en nuestro camino.

(Exacto, como en la mayoría de pruebas, pinchando en las fotos se ven más grandes y más bonitas, pero no por ello van a ser mejores fotos. Es lo que hay... XD)

Una enorme carretera relativamente recta con algunas curvas rápidas, vas en 4ª a más de 180 km/h, pisas a fondo el acelerador y notas que la zaga del coche empieza a deslizar hacia un lado y corriges con el volante. Inmediatamente levantas el pie, subes una marcha, bajas el ritmo y vuelves a tomar aire. Y tras el susto inicial, empiezas a imaginar el tipo de energúmeno al que se le ocurrió hacer el Corvette Z06.

No voy a hacer el típico análisis ordenado del resto de pruebas, analizando su exterior, su interior y su conducción, porque el Corvette Z06 no se lo merece, es un coche sin orden ni concierto, sin sentido, todo está puesto de la manera más salvaje posible, y por eso vamos a ir soltando brochazos de sensaciones que da semejante aparato de suicidio con ruedas.

Es absurdo pasarse 15 minutos colocando la cámara GoPro en el coche, apretando bien todo el soporte, y que en menos de 5 minutos la cámara termine mirando al cielo. Cambias su posición y el efecto es el mismo una y otra vez.

(La GoPro, por segunda vez, mirando a Parla después de apretar el soporte. Vamos a necesitar pistola de impacto para ponerla y que no se mueva... Esta foto es una gilipollez, y por eso no se puede ampliar.)

Es absurdo cuando el control de tracción de un coche moderno está activado, y no lo parece, porque cada vez que pisas a fondo el acelerador (incluso en línea recta) el coche se insinúa hacia los lados, y hasta llega a barrer con la zaga bastantes centímetros de lado a lado. Y eso no lo hace sólo en segunda: Lo repite en tercera y cuarta, a más de 180 kmh...

Es absurdo que en un coche que calza gomas de 325, y mil elementos para mejorar la estabilidad, vayas trazando una curva aguantando la respiración, porque sabes que a 2.500 rpm, con una leve insinuación del acelerador la trasera se empieza a cruzar de un latigazo.

No tiene sentido ninguno que el empuje apabullante de su motor LS7 de 8 cilindros sea casi el mismo a 60 km/h que a 260 km/h.

(Aquí tenéis el problema.)

No es lógico que conduciendo un superdeportivo como este (al final es lo que es) te pueda dar sopas con ondas un deportivo normalito en un tramo de curvas, porque tienes pánico a ir rápido y que en un descuido te salgas de lado a velocidades absurdas. Eso sí, en cuanto tengas metros para traccionar, que se prepare, sea quien sea...

Es aterrador que a medida que el Corvette coge velocidad (y eso sucede en un suspiro, con una lesión cervical bastante acusada) y con el pésimo asfaltado de las carreteras españolas, empiece a botar peligrosamente, cada vez más, y empiezas a ver que pierdes el control del coche de carril en carril porque casi sales volando. A eso súmale la velocidad endiablada que llevas, y la facilidad para derrapar y moverse lateralmente, y el resultado es una cara que cambia de malicia a pánico en cuestión de instantes, y viceversa.

(Un vistazo en detalle a esta foto, y se comprende el sufrimiento de la situación...)

Es una broma macabra que ante semejante panorama, justo donde uno suele dejar caer su mano derecha con naturalidad, está el botón que desactiva el control de tracción, y cuyo único indicador es un dibujito de un Corvette derrapando y dejando marcas en el suelo. Es macabro porque nunca en la historia de la automoción, un botón de un coche ha tenido un dibujo tan fiel a la realidad como en este caso. Ok, que el control de tracción casi parece inexistente visto lo visto, pero pienso que en vez de su explícito dibujito, podían haberle puesto una calavera, o un cartel de "Suicide Mode".

No es comprensible cómo en un coche moderno y con todas sus homologaciones al día, incluyen un sistema de escape que hace tronar al mundo, que pega petardazos en cada cambio de marcha, y hace que los ciclistas se den la vuelta aterrorizados 400 metros antes de que los alcances.

Es irónico que un coche que parece creado para matar a su conductor al más leve descuido, te avise con una dulce voz de que no te has puesto el cinturón de seguridad.

(Curvas rápidas. Perfectas para darse una galleta estupenda bien deprisa.)

Creo que ya os habéis hecho una idea del tipo de bicharraco que es el Corvette Z06...

Si el Nissan GTR es pura precisión milimétrica, y facilidad pasmosa para ser conducido a ritmos de escándalo, el Corvette Z06 es todo lo contrario. Un coche con un potencial enorme (en realidad todos sus componentes son pata negra), pero que exige concentración total, buenas manos, mejor cabeza, y una templanza a prueba de bombas. Porque si te relajas y pisas el gas un poco más de la cuenta, se pone de lado. Si no sujetas el volante con decisión en una aceleración fuerte, aunque sea en línea recta, el coche empieza a deslizar peligrósamente. Si pisas una junta de dilatación de un puente a cierta velocidad, el coche parece que salta y aterriza de costado, enfilando otra vez su camino en un instante, gracias a su enormes rodillos de 325. Es como ir abrazado a un cohete y encender la mecha.

Es cierto que el Z06 lleva unos frenos Brembo de 6 pistones delante y 4 pistones detrás, con enormes discos semiflotantes, y 1 pastilla de freno por cada pistón (es decir, 20 pastillas en total). Que sus enormes ruedas sujetan bastante cuando dejas el pedal derecho tranquilo, y que la suspensión es bastante firme y está bien tarada. El Corvette va muy rápido en curvas, impresiona en la frenada, entra con precisión, y se sujeta muy bien. Pero el problema es la desmesura de sus reacciones y de su escandaloso motor.

Por eso, a medida que le coges el aire a este muscle car del demonio, empiezas a ir muy rápido por las curvas. Pero aunque el cuerpo te pide alegría y decisión en cada giro, la cabeza te recuerda los recientes derrapes, la facilidad pasmosa que tiene para perder el control, y con el primer meneo de las ruedas traseras en un despiste, automáticamente tu esfínter se cierra con fuerza para evitar fugas. Y durante el paso por curva intentas mantener una presión de equilibrio ninja sobre el acelerador, porque sabes si pisas más o pisas menos, la cosa se va a poner negra sí o sí. Y eso hace que un coche con un potencial enorme pierda efectividad, por aterrorizar a su conductor constantemente.

¿Entonces es malo? ¿Está mal hecho? Al contrario, el Corvette Z06 nos encanta. Es un coche que parece hecho por el FuelWaster medio. Es como si al quemado más radical le pones a hacer un coche deportivo:

-¿Qué le ponemos, un 5.7 V8? 

-No, un V8 de 7 litros, y que empuje siempre, y que sea de aluminio y pese menos que la mayoría de motores V6 del mercado, pero con 520 cv.

-¿Le ponemos unos frenos buenos? 

-No, le ponemos unos frenos que detengan el tiempo, venga, con 20 pastillas independientes, y con toberas de aire inducido a los frenos delanteros y traseros. Claro que sí. 

-Oye, ¿Suspensiones? 

-Pues electromagnéticas, para que se vayan corrigiendo la dureza constantemente y pueda ir siempre como quiero ir (es decir, dando botes y medio volando de carril en carril...). 

-Pero, le pondrás control de tracción, ¿Verdad? 

-Sí, pero como si no lo llevara, es un coche para hombres de pelo en pecho, que si se ponen de lado a 190 km/h ni se alteran, lo corrigen sobre la marcha y punto. 

-Ah, entonces ¿Cuándo actúa el ESP? 

-Pues cuando realmente la cosa se pone fea, es decir, cuando un volcán entra en erupción, cuando metes el coche en una pista de hielo, cuando estalla un neumático y tienes que traccionar con la llanta... Entonces sí. 

-Ah, ok. Pues venga lo hacemos y lo ponemos a la venta.

(Empieza el terror. Por eso no hemos dejado que esta foto se pueda ampliar...)

Ese es el planteamiento de este coche. Es el máximo exponente de peligro y diversión. Siempre hemos dicho todos el mismo discurso de moda: Que si la efectividad en sí misma no sirve para nada, y que queremos coches que se revuelvan y que sean divertidos de controlar, y que en su conducción encuentres un mundo de sensaciones excitantes. Ok, pues aquí lo tienes! Es todo absurdo, y si pretendes un día ir realmente rápido y extraer la mitad de su potencial, vas a sudar, te van a temblar las manos y las piernas, y vas a ir el 90% del tiempo al borde del desastre. ¿Querías sopa? Toma 2.000 tazas.

En cierto modo, pienso que los deportivos deberían ser siempre así: Impredecibles, un poco peligrosos, llenos de reacciones que supongan un desafío para las manos del conductor, y con carácter propio. Eso, dicho así en crudo queda muy bonito y muy idealista, pero también es justo reconocer que Chevrolet se ha pasado con la fórmula, y han hecho un coche que es un peligro con ruedas.

Lo cierto es que mientras conduces vas pasando el peor rato de tu vida, porque una cosa es que un coche se revuelva y haga un trompo, o se mueva en las curvas, y otra es que a cualquier velocidad puedas matarte de forma espectacular, desde las 2.500 rpm de cualquier marcha (excepto en 6ª, que directamente es infinita); pero cuando te bajas, y se te pasa el susto inicial, te empieza a picar el gusanillo de repetir e intentarlo un poco más deprisa, el recuerdo de cada susto deja de ser un drama y lo ves como algo divertido y adictivo. Y entonces estás perdido.

(Exacto, el Z06 es un Corvette ensanchado. Suena burro así dicho, pero es así.)

Es cierto que con tanto chasis, componentes, y ruedas anchas, el coche se sujeta de maravilla cuando no aceleras casi nada, y notas que cuando va a cruzarse por power-over lo puedes controlar relativamente. Pero que al soltar el pedal vuelve el agarre de forma inmediata, lo que hace que su conducción pueda ser más segura en algunos casos, y más complicada en otros. ¿Cómorr? Claro, lo hace con una brusquedad enorme, y como te pille con las ruedas un par de grados mal enfiladas haciendo contravolante, vuelve la tracción repentinamente y te vas contra la barrera a una velocidad de espanto. Tan violento es para irse de un latigazo, como para volver a la trazada también de un golpe instantáneo.

Aprovecho este momento para recordar a los que (como yo antes) se creen más rudos que un bocata de chapas, y que este tipo de reacciones son las mejores, que no estamos hablando de un coche rabioso de 200 cv, estamos hablando de un bicharraco de 520 cv, y que las reacciones de las que hablamos a veces suceden a más de 200 km/h. Creedme, no hace ninguna gracia tener un susto de estos a esa velocidad, ves los muros muy cerca, y de repente te quita casi toda la confianza que habías ido ganando con el uso del Z06.

¿Te lo comprarías, Sr.Pera? Yo no, desde luego. A mí me gusta correr con los coches, y con un Corvette Z06 estoy convencido de que moriría de la forma más tonta, distraído saliendo de una incorporación en curva, o algo de eso. Porque el jodío parece que está esperando cualquier situación para darte un susto... Por lo demás, si valoramos el hecho de que Chevrolet ha conseguido hacer un coche que debería estar prohibido a menores de 60 años (y mayores de 70), que sabes que te va a matar tarde o temprano, y que cuando llueve directamente te vas en bici a trabajar, el producto mola bastante. Que tu propio coche te dé miedo, y cada día que lo arranques te espere una pelea con él de las que hacen historia, es algo digno de alabar, y muy necesario a día de hoy.

Es cierto que el interior parece una Chrysler Voyager con tapicería de cuero barato y símil de carbono por todas partes (mirado y re-mirado, es de mentira), que tiene gilipolleces de equipamiento que sólo un americano puede entender, y que determinadas sofisticaciones son más incordio que facilidad (el tema de que arranque sin llave y que detecte el llavero en tu bolsillo ha hecho que nos olvidáramos las llaves sobre los limpiaparabrisas, y milagrosamente al volver del primer paseo seguían allí...). Pero no es un Ferrari ni un Aston Martin, no pagas marca ni pagas lujos, pagas una suspensión de alta tecnología, unos frenos de otro planeta, y un motor que no te lo acabas. Y refinamientos, los justos. Aquí estamos a lo que estamos, y como se te ocurra mirar la pantalla del navegador, espero que veas algo bonito en ella, porque será lo último que mires en tu vida.

Su conducción nos recuerda mucho a la del S14 azul que hicimos para Drift, con su setup de Drift, y sus ruedas de Drift; pero con el triple de motor. De hecho, nuestro amigo Montes, propietario del mencionado Nissan y piloto de drifting, ha sido capaz de conducir el Z06 durante parte de la prueba a mucha más velocidad y con más control que nosotros, pero aún así y con todo, iba con el mismo miedo, y la misma cara de sorpresa en cada latigazo, y con los mismos gestos y exclamaciones que habíamos proferido unos minutos antes. No es ninguna tontería...

Sr.Pera, parece que te ha entrado el miedo en el cuerpo, el coche te ha vencido, y no has sido capaz de hacerte con él. Pues posiblemente. Yo no voy a hacer como el típico probador, que pasa miedo conduciendo el coche a fondo y no dice nada para hacerse el experto; porque no me pagan por ello, porque das una imagen errónea del coche, y porque no necesito hacerme el duro. A ver, el Z06 es un coche muy bestia si quieres acelerar e ir deprisa, pero si pretendes ir tranquilo, con algo de esfuerzo puedes conducirlo sin sobresaltos. El problema no es tanto que tenga más de 500 cv, sino que su motor entrega un par desproporcionado a cualquier régimen, y aunque salgas de una rotonda a 2.000 rpm puedes acabar mirando a Cuenca en un suspiro, con el ESP activado y todo en su sitio, y que cuando empiezas a ir a velocidades elevadas, la dureza de su chasis deja de absorber cualquier irregularidad haciendo que pierdas el control por momentos. Por lo demás, si quieres ir despacio con el Corvette puedes hacerlo, y disfrutar de sus mil comodidades, pero eso es como si te compras un rifle de asalto y en vez de usarlo para pegar tiros por miedo a matar a alguien, lo usas para ponerlo encima de la chimenea. El problema no es pegar tiros o no pegarlos, el problema es para qué te has comprado el rifle. Piénsalo.