La Historia de Thor

Hoy hacemos un alto en el camino para contaros la historia de nuestro Thor particular. Todos sabéis que Thor es el Dios del Trueno, hijo de Odín, y que martillo de guerra en mano iba apartando a sus enemigos a base de sopapos. Pues ahora se ha reencarnado en un madrileño de 23 años, y se está haciendo un Toyota Supra verde. Una historia que comienza mal, se desarrolla fatal, y termina peor. Con todos ustedes: Thor.

Los que nos seguís desde hace tiempo ya conocéis a nuestro amigo Rubén. Una criatura tierna de algo más de 2 metros de estatura y más de 130 Kg de fuerza bruta en el cuerpo, y que en la frutería suele hacer un poco de todo, y en especial su conocido Supra verde de 1.000 cv.

Si efectivamente lo conocéis, ya sabréis de hazañas suyas como sentarse en el suelo y empujar con las piernas la rueda de un coche hasta que lo desplaza lateralmente a la calle, meterse bajo un coche en el elevador y apoyarse la caja de cambios en la cabeza mientras aprieta los tornillos que la unen al motor, o cargar a pulso una pata del elevador (acero de fundición, nada menos) para subirla a una furgoneta...

Ahora que ya estamos todos en antecedentes y conocemos al protagonista, la historia gana mucha más profundidad y se vuelve rica en matices.

(No está sentado en una silla de juguete, es una silla de plástico de las típicas...)

Digo que la historia comienza mal, porque se origina con Rubén queriendo cortar una goma de su coche con un cincel y una maza. Sí. Una goma. Un cincel. Una maza.

El Sr.Coco le ve y le dice "No seas tonto, coge un cutter o una sierra de calar, que la vas a liar". Pero hace caso omiso de sus advertencias.

El Sr.Coco le ve pasar con una maza todavía más grande que la anterior, y le dice nuevamente "Que no seas borrico, coge una herramienta de corte anda..." Y Rubén le responde con una retahíla de palabrotas, que venían a significar que no tenía planeado soltar ni el cincel ni el martillo.

Pasan los minutos y cada uno está con su marcha haciendo una cosa. Se empiezan a escuchar los martillazos mientras el Sr.Coco se pone con un Mitsubishi Eclipse que está reparando, cuando de repente se deja de escuchar ruido alguno, excepto el sonido del cincel cayendo al suelo. Pasan unos segundos en silencio...

Y vuelve Rubén a escena, caminando con calma, y preguntado al Sr.Coco:

- Cuando te rompes la mano ¿A dónde tienes que ir?

- Venga no me jodas que te has dado en la mano... - Respondió el Sr.Coco

- Mira: - Y muestra la mano izquierda deformada de un martillazo. - Si quieres vamos al chapista de aquí detrás y le decimos que me enmasille la mano para tapar el bollo y listo.

- Te he dicho que eres tonto, que no lo cortaras con el cincel. Eso te pasa por borrico. Creo que mejor nos vamos al hospital.- Zanjó el Sr.Coco con bastante buen criterio.

(Esto es lo que pasa cuando una fuerza irresistible choca contra un objeto inamovible. Foto real enviada durante el viaje a urgencias.)

Y entonces comienza un entretenido "road-trip" para hacer una comedia de éxito. De camino, me llaman a mí por el manos libres y me cuentan la historia entre risas, Rubén se hace fotos de la mano y me las manda por WhatsApp, le cuentan la jugada maestra a otros amigos...

Finalmente, un médico de la mitad de estatura que nuestro protagonista, le dice:

- Te voy a colocar los huesos de la mano, más vale que muerdas algo porque te va a doler bastante.

A lo que Rubén le susurra al Sr.Coco:

- Como me haga daño le doy un bofetón que llega volando a su casa...

Abolladura en la mano solucionada. Escayola por todas partes, soportes añadidos para inmovilizar aún más, y una larga recuperación por delante. Todos pensábamos que Rubén era invencible, pero nunca se nos ocurrió pensar que si se agredía a sí mismo podía vencerse y volverse vulnerable.

A partir de ahora le llamamos Thor, hijo de Odín, Dios del Trueno y del Martillo. Temblad malditos...

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PD.- Actualizo el estado de la batallita: Thor se sentía incómodo con la escayola y ha decidido quitársela. No hemos preguntado cómo, preferimos no saberlo y mirar para otro lado. Tiene la mano de un bonito tono verde-morado.