Hemos Sobrevivido.

Este sábado hemos conducido el Corvette Z06 bajo la lluvia, durante muchos kilómetros. Desde la mañana hasta la noche de un sitio a otro. Y aunque nos ha llevado mil sustos, hemos sobrevivido a la hazaña, y hemos llegado a casa sanos y salvos. ¿Cómo? Pues entra y te contamos lo que se siente:

El motivo principal de esta historia de peligros mortales y riesgos innecesarios es complicado de recoger aquí. Digamos que yo tenía una boda, y aunque sabemos de sobra que está mal visto ir a una boda con un deportivo cantoso, a algunos de los invitados y al novio les prometí que llevaría algún cacharro curioso, y les hacía bastante ilusión la idea (aunque no tanta como a mí, obviamente). Y así lo hice.

El plan en un principio no iba a ser objeto de publicación en este blog, pero a la vista de que la experiencia ha sido algo que recordaré toda mi vida, voy a intentar compartirla con vosotros. Y también por eso, no hicimos fotos de la experiencia como tal. Aún así, cualquier foto se quedaría corta... así que vamos a por ello:

Es primera hora de la mañana del sábado, se abre el garaje y veo el Corvette Z06 ante mí. Negro, ancho, largo, bajo, y con multitud de detalles que parecen amenazarme: aletas más altas que el capot, ensanches en los pasos de rueda, etc. No es la primera ni la segunda vez que cojo el Z06, ya lo sabéis, y como si fuera una droga dura, sabes que te va a matar, lo pasas mal conduciéndolo, pero al dejarlo te empieza a entrar una oscura necesidad de volver a arrancarlo. Esta vez es igual, y en sus líneas parece que adivino una expresión de desafío, de "hoy te vas a enterar".

Ya explicamos que no se trata de un Corvette convencional. El Z06 es completamente distinto, lleva un chasis especial de aluminio que lo diferencia del resto de la gama, un motor más grande y potente que va colocado más abajo y más atrás que el resto, suspensiones electrónicas específicas para el Z06, frenos desproporcionados con pastillas independientes por cada pistón (20 pistones en total), y muchas otras mejoras.

(Sin ver en persona las proporciones y desproporciones, no mola ni la mitad)

Moviendo el coche por el garaje aparece el primer síntoma de desgracia: En cada giro cerrado de dirección se escucha el diferencial bloqueado y la rueda del lado interior "escarba" en el suelo... Como si de un diferencial soldado se tratase, pero en un coche de serie. Salgo del garaje, y aparece el segundo síntoma de desgracia: Miles de gotas de lluvia se estrellan contra el parabrisas y contra la carrocería de plástico y fibra de carbono... Recuerdo que las ruedas delanteras son de 275 y las traseras de 325... Bien. Muy bien. Perfecto para deslizarse sobre el agua.

Lo primero que hago nada más comenzar mi camino es parar en la gasolinera. Se abre la puerta del Corvette y salgo vestido con medio chaqué para ir a la boda. La levita va en el maletero. Todos me miran con cara rara. Me veo reflejado en los cristales de la estación de servicio junto al coche, y parece que me he vestido con mis mejores galas para darme la galleta definitiva con este coche, y acabar mis días a tope de estilo. Al menos esa es la explicación más razonable a lo que la gente está viendo mientras pongo 60 euros de Sin Plomo 98 en el depósito del Corvette.

Comienzo mi camino. Llueve bastante.

Por las anchas calles de Madrid me muevo despacio, y parece que el coche responde bien. Pero es todo una estrategia del Corvette para confundirme. Empiezo a salir en segunda e incluso tercera de los semáforos para evitar hacer "burn outs" (¿Se dice burn out cuando se hace sobre agua? No tiene mucho sentido, ¿verdad?), y procuro no meterme en líos con nadie. Tenemos tiempo de sobra para llegar.

(Esta mierdaca de foto sólo la hice para demostrar que estaba en un Corvette Z06 con lluvia sobre el cristal, y poder enviarla por Whatsapp a un amigo que dijo que no tendría webs...)

Salimos a carretera, y aunque no hay atasco, va bastante cargada. La sensación de llenar el carril de lado a lado vuelve a mi recuerdo desde la primera vez que lo probé (en verano), pero ahora al haber más tráfico, rebasar y ser adelantado da algo de miedo. Si miras hacia adelante no ves el morro del coche, y si miras por los espejos para controlar los límites del carril, ves unos enormes ensanches de aletas traseras de los que sale mucha mucha agua pulverizada. Precaución máxima para no rozarnos.

Primer susto de la jornada: El coche que me precede se aparta de mi camino, y me dispongo a adelantarlo. Voy a unos 80 kmh. Piso algo el acelerador para avanzar, y noto cómo las ruedas traseras comienzan a girar locas, y el morro del Corvette empieza a apuntar hacia donde no debe, la zaga comienza a dar latigazos, y el tema se pone peligroso. Corrijo, subo una marcha todo lo rápido que puedo, y vuelvo a acelerar de nuevo para terminar de adelantar: Igual, las ruedas traseras comienzan a deslizar como si fueran de cristal, aunque esta vez consigo que no se desvíe de su trayectoria. Desisto, no adelanto al coche de delante, y me coloco detrás de él a 90 kmh. El Focus que venía detrás me adelanta mientras me mira sonriendo, y me veo a mí mismo hiperventilando, viendo que ha faltado poco para golpear muchas cosas con un coche que cuesta mucho dinero, dos veces seguidas en un instante.

Finalmente, con el miedo en el cuerpo, y el esfínter todavía haciendo máximo esfuerzo, llego a la iglesia. Aparco lejos para no dar la nota (imposible, ya me han visto muchos amigos invitados que intentan aparcar igual yo). Apago el motor LS7 de 510 cv, y enmudece al fin, mientras me invade una sensación de que el peligro a pasado. Me dan ganas de besar el suelo...

(Cuando sabes que te vas a dar la galleta definitiva, es mejor vestir tus mejores galas y morir hecho un pincel)

Termina la ceremonia, ya se han casado, todo ha ido fenomenal y les deseamos lo mejor. Ahora nos vamos a la comida (me han prohibido decir la palabra "banquete"), a unos cuantos kilómetros de allí. Vuelvo a subir al Z06, esta vez acompañado de un amigo al que le prometí llevar en el bicharraco que tocase (no sabía lo que hacía). Salimos de Pozuelo, y justo detrás viene otro amigo con un Porsche 911 (996). En cuanto salimos a carretera veo que me achucha por detrás, así que miro al suelo, y parece que está seco. Como no hace falta darme anchoas para tener sed, sin bajar ninguna marcha, desde 2.500 rpm piso el acelerador con decisión. Miro por el espejo y el 911 está allí lejos, al principio de la incorporación. Vuelvo a pisar el acelerador con una marcha más, y ya no hay 911 en el horizonte. El Corvette Z06 lleva un dispositivo de desaparición inmediata que funciona fenomenal: Pisas el acelerador, y las molestias se pierden en el retrovisor como lágrimas en la lluvia. Y eso mola mucho.

El resto del camino lo hacemos con tranquilidad, en sexta, a 110 kmh. La única anécdota reseñable ha sido en un túnel de 4 carriles, en el que por algún motivo un chico con un Golf pensó que era una buena idea colocarse detrás del Corvette a unos escasos 1,5 metros (yo iba por la derecha sin tapar a nadie, ojo). Y como no quería volver a usar el sistema de desaparición inmediata, porque el túnel tiene muchos pilares golpeables cerca, lo único que se me ocurrió fue hacer la mayor macarrada posible en esas circunstancias, y usar el avisador acústico de distancia de seguridad (para el resto de coches): poner punto muerto, y meterle dos cacharrazos al acelerador en vacío. Dos explosiones monstruosas del motor 7.0 se propagan por todo el túnel, y el Golf se aleja por detrás unos cuantos metros, el coche de delante se aparta a la izquierda, los demás coches huyen como pueden, y se acaban los problemas. Seguimos a 110 kmh con tranquilidad. ¡El sistema funciona!

Llegamos al castillo para continuar la celebración (exacto, "un chateau cercano a la localidad") donde nos van a dar de comer, y se repite la operación de aparcar lejos para que no me vean mucho. Aún así, varios invitados vienen a ver el coche. Otros amigos más tarde me dicen de cachondeo: "he visto un coche deportivo bestial aparcado fuera, y supongo que lo has traído tú."

(Correr en Nür mojado con un Corvette Z06. Hay gente que los tiene cuadrados.)

Baile, cachondeo, y ni una gota de alcohol, porque la ocasión lo merece (si normalmente no se bebe cuando se va a conducir, menos aún cuando el coche que conduces intenta matarte constantemente). Y de repente, sin darme cuenta, suenan las campanas del reloj y veo que es tarde. Como Cenicienta, tengo que huir del baile para devolver la carroza, el chaqué, y de todo, y volver a ser el mindundi de cada día. 

No llueve, apenas chispea, pero el suelo está brillante. Noche cerrada, y voy por el camino asfaltado de la finca ocupando todo el ancho de la calzada, rezando para que no venga ningún coche de frente y me toque sacar 2 metros de Corvette por la cuneta (cosa que finalmente sucede, por cierto).

Llego a casa del Sr.Coco, y le dejo las llaves del Z06. Yo me monto en un utilitario HDI, y emprendemos el mismo camino para devolver el Corvette a su sitio, a unos buenos 60 Km de allí. A ratos llueve, y a ratos no. Hay partes con el suelo mojado, y partes donde no parece haber llovido nada durante horas...

De camino, y tras contemplar en primera fila unos cuantos sustos parecidos a los que había sufrido yo horas antes, con mini-cruzadas en todo tipo de curvas y rectas, me encuentro en una autopista detrás del Corvette a 80 kmh, mientras nos adelantan coches, furgonetas, camiones, y sólo faltaban tíos en bici, que decidieron no salir por la que estaba cayendo. Al menor intento del Sr.Coco por acelerar puedo ver cómo tarde o temprano la zaga comienza a dar latigazos. Pero en un momento dado el suelo se seca en una zona donde parecía no haber llovido en todo el día, y como si me leyera el pensamiento, el Sr.Coco aprieta el acelerador a fondo, desapareciendo de mi vista en cuestión de un par de segundos, y dejando un sonido de infierno desatado retumbando en mi cabeza.

(Foto de este verano, por si acaso)

Su festival de la potencia no iba a durar mucho, porque volvíamos a pisar suelo húmedo, y no tardaría en darle alcance con mi super utilitario de 75 cv. Ya en las últimas rotondas antes de llegar, y sin proponerse ninguna hazaña, veo también al enorme deportivo negro dar pequeños coletazos seguidos de correcciones y contravolantes. No veo al Sr.Coco intentar hacer el cazurro, ni cometer errores, o intentar ir más rápido de lo recomendable, pero ya se me acaban los dedos de las manos contando el número de sustos que se ha llevado intentando conducir el Corvette, todo ello a velocidad legal.

Al final hemos llegado sanos y salvos. Y hasta que no pruebas ese bicharraco, no sabes realmente lo que significa el haber llegado sanos y salvos. Con el peligro ya lejos, la sensación de que hemos sobrevivido y de que la vida humana puede ser muy frágil, saco el puro de la boda, y me lo fumo tranquilamente. 

Ahora para terminar, una recopilación de frases del día:

- "Tío esto a 2.500 rpm corre más que el Nissan S14 a 6.500 rpm" (Sr.Coco a Thor)

- "Si te despistas un segundo, el coche te la lía y trata de matarte" (Culebras)

- "A mí también me ha pegado cruzadas acelerando recto a más de 180 kmh" (Sr.Coco)

- "Coge el coche y apárcalo tú, yo no me quiero volver a subir en ese bicho, me da mal rollo..." (Sr.Coco a Sr.Pera)

- "Asocio el sonido del motor LS7 acelerando a sensación de peligro, es inconsciente, es saber que va a pasar algo malo..." (Sr.Pera a Culebras)

- "Este coche es tan potente que hace que vayas despacio" (Sr.Pera a un par de curiosos en el parking)

- "No es que te gane el coche, es que te ha dado una paliza y te ha pisado la cabeza" (Thor)

- "Viendo esto cómo va, me estoy replanteando mucho lo de mi Supra de 1.000 cv" (Thor)

- "El Porsche 996 Turbo que probamos corre también una burrada, pero no quiere acabar contigo de una forma tan descarada, es que esto no se debería vender al público así como viene!" (Sr.Coco)

- "Hoy te vas a la cama asustado, y eso te va a durar un par de días, pero luego vas a querer volver a conducirlo, aunque todavía te siga dando miedo" (Sr.Pera a Sr.Coco)

Y así es. Hemos podido conducirlo en unas 3 ocasiones distintas, y con ningún coche hemos tenido tantas anécdotas y cosas que contar que con este. Y no es que andemos escasos de historias a lomos de otros cochecillos con los que nos ha pasado de todo (106 Rallye, S13, S14, Supra, Colt, M3, 190 2.3-16, Clio RS, Caterham...), pero ninguno nos ha marcado tanto como el Corvette Z06. Los habrá mejores, los habrá más rápidos, y los habrá más radicales, pero estos días de sobrevivir al Z06 no se nos van a olvidar en la vida.

(Aitor el Valiente, el único miembro del equipo que no tiene miedo al Corvette Z06)