No mezclemos las churras con las merinas

Hoy nos detenemos un momento en el camino (sin que sirva de precedente, porque no hay que detenerse jamás), para explicar brevemente algo muy sencillo, muy simple y muy lógico, pero que parece que a muchos se les pasa por alto, y que sin duda alguna, a los grandes medios de prensa convencional no les termina de entrar en la cabeza: Qué es un blog de coches.

Porque resulta clamoroso el desfase tecnológico que tiene la mayor parte de la prensa escrita especializada en este sector, y muchos piensan que un blog es poner sólo las cosas que piensas, que adaptar una revista escrita a los tiempos modernos es poner el mismo contenido en una página de internet llena de banners que dan dinerito, y otros despropósitos. Hay honrosas excepciones, pero por lo general, y a la vista del trato que recibimos en FuelWasters por parte de la prensa escrita en momentos puntuales, me parece que aquí nadie termina de entender cómo funciona esto.

Lo primero es dejar claro que ni un blog es una revista, ni una revista es un blog. Al menos como lo entendemos hasta ahora. Es decir, yo no voy a cubrir casi nunca eventos de actualidad fusilando notas de prensa, ni voy a hacer pruebas estupendas de coches actuales (alguna vez como excepción cuando hay oportunidad y resulta de interés), ni jamás un fabricante me va a dejar probar un coche suyo, ni vamos a hacer algo parecido a lo que hacen las revistas de coches. Somos cosas distintas. Mi padre lee revistas, no blogs. Yo hago al revés. Y todos somos felices.

Lo segundo es que teniendo claro lo primero (no somos una revista y tal), hay que entender que tampoco somos lo contrario: un usuario final, no somos un lector, ni mucho menos un cliente. Que me envíes un mail pidiendo que te hagamos el SEO de tu web poniendo links en todas nuestras páginas del blog, a cambio de un MP3 y una mochila, resulta penoso y demuestra un total desconocimiento de cómo se mueve Internet. Tampoco vamos a pagar por ir a un evento a que nos enseñen un coche para vendérnoslo. Ni mucho menos se puede pretender que paguemos por eso mismo y que después nosotros le vendamos el coche a nuestros seguidores. No. Esas cosas generan cierta incomodidad, y si se repiten una y otra vez, terminan por calcinar al receptor, en este caso a mí.

Lo tercero es que nos dirigimos a gente radicalmente distinta que busca cosas diferentes, o que al menos conoce la diferencia que hay entre lo que se encuentra en una revista y lo que se encuentra en un blog, y que unas veces recurrirá a un medio y otras veces a otro según lo que busque. El público cada vez es más exigente, busca más especialización, y saben cuándo se la dan con queso y cuando no, sabe ver a millas de distancia cuándo yo escribo influido por algo y me dejo llevar, o cuando soy brutalmente honesto, saben distinguir lo que huele a publicidad y lo que no, y saben apreciar el criterio de un profesional del sector frente a lo que pueda aportar un aficionado como yo. Y ni una revista ni un blog les va a engañar con trucos de magia, porque saben criticarme cuando yo me dejo llevar por el fanatismo y digo algo del estilo de "este coche viejo es mejor que uno moderno", lo mismo que cuando una revista publica el típico "este coche nuevo tiene un marcado carácter deportivo a la vez de ser práctico y económico, que corre muchísimo y gasta muy poco". Antes colaba tanto lo uno como lo otro, pero ahora no.

Contamos con armas distintas para lograr cosas diferentes: Donde un blog destaca por la cercanía, la credibilidad que da el "yo no gano un duro con esto, soy la escoria" y la facilidad para adaptarnos a lo que nos pide la gente, una revista potente cuenta con medios abundantes, profesionales de prestigio, y el favor de las marcas. Ni yo puedo contar con esas facilidades, ni las revistas contarán jamás con mi flexibilidad y la libertad de hablar de lo que me brota. Por eso logramos cosas diferentes, y tenemos objetivos distintos, que dan como resultado productos que no se parecen en nada. Una buena publicación potente puede hacer auténticas maravillas si se lo propone, porque con las armas que hemos citado se hace más sencillo generar un producto de mucha calidad, con un contenido que realmente aporte valor, y con la pluma de gente que sabe bien lo que hace, que tiene mucha experiencia y que sabe escribir con soltura. Y si a pesar de ello no se consigue algo digno y con prestigio, es por otros motivos que bien conocemos todos, con soluciones muy concretas que no suelen resultar plato de buen gusto.

Internet cambia el terreno de juego radicalmente para todos, y donde algunos parecen ver una tragedia, otros vemos una oportunidad. Ahora la gente se conecta en foros, hablan, y dicen cosas. Los rumores se hacen peligrosos a la misma velocidad que pierden fuerza, y cualquiera es capaz de cazar al vuelo una foto retocada, o saber cuándo uno se tira de la moto por todo lo alto. Pero también permite que la gente pueda expresar mejor lo que opina, lo que quiere y lo que le gusta. Nos dan la oportunidad de darles lo que piden, de ver los modelos que funcionan en otros países y adaptarlos a nuestras peculiaridades, y de conocer puntos de vista muy interesantes y de enorme peso, de gente anónima, que sin esta plataforma nunca hubieran pasado de una mera "carta al director" ahogada en un cajón. Y eso es bueno. Querer cerrarse a ello es apostar por distanciarse del público, y acabar recurriendo a medidas penosas de éxito a corto plazo.

Ok, tal vez pueda haber un exceso de información disponible en Internet, y parece que cuando uno habla de un tema, todos ya lo saben todo, y es realmente difícil aportar valor añadido a la escena. Pero es aquí donde uno tiene que saber convertir la adversidad en su aliada, y con algo de trabajo no resulta complicado encontrar temas sobre los que hay confusión, sobre los que no se habla, y sobre los que la gente quiere leer. Ser el medio número 23 que copia una nota de prensa dando los mismos datos que el resto no aporta una mierda. Tampoco sirve el hacer un refrito con retales de archivo o hacer la enésima comparativa de coches de una misma saga, recurriendo a frases hechas conocidas por todos, con imprecisiones y errores comunes que cualquier entusiasta va a apreciar al instante. Por contra, los artículos bien elaborados por una revista, con rigor, con buen material, con un contenido trabajado y una importante labor de investigación, con datos novedosos y un toque de opinión bien medido y de cierto valor, destacan con luz propia, los lees y relees cientos de veces, y te hacen conservar una revista muchos años en un lugar especial. Recuerdo cientos de ellos, pruebas de un modelo deportivo nuevo, comparativas de todos los contendientes de un mismo segmento, o incluso pruebas conjuntas de coches deportivos seleccionados al azar, y que jamás me cansaré de leer porque se aprecia que hay un buen trabajo detrás y un esmero por los detalles, que son toda una inspiración para cualquiera que junte letras sobre esta pasión que nos consume. 

(Momento histórico en el que un lector de FW aparece con nuestra camiseta en un evento de 8000vueltas, y a la vez se publica en una revista importante! XD Doble trolleo!!)

Un punto de vista original siempre es de interés. Una buena historia siempre gusta. Tratar con rigor un tema que atañe a mucha gente siempre enriquece. Identificarte con el modo de vida y de ver las cosas de gente que comparte tu pasión siempre garantiza el éxito. En cambio dirigirte a gente que sabe bien lo que hace para tratar un tema importante de forma superficial, o incluso sin saber de lo que se habla, es querer tomar el pelo a la gente, y ya hemos explicado que la gente ya no es tan ingenua como antes. Y aunque muchos lo sean, a nadie (NADIE) se le escapa la calidad de un trabajo bien hecho, ya sea un macroartículo faraónico o un breve apunte sobre un tema en un blog. Y pongo un ejemplo concreto que cualquiera puede contrastar: 8000vueltas.com hasta en sus artículos más "de pasada" que puedan publicar, cuidan los detalles, ponen fotos de la mejor calidad, aportan la dosis de opinión necesaria, y cuidan la parte técnica para no patinar con ningún detalle, aunque lo toquen de refilón. Puede gustarte o no, eso es cosa de cada uno, pero la calidad de una factura impecable es algo que no se puede discutir. Y por eso les va tan bien.

En resumidas cuentas, un blog es un blog, y una revista es una revista. Y muchos piensan que un blog es el quiero-y-no-puedo de una revista. A todos ellos les sugiero que visiten sitios como Speedhunters o Pistonheads, con un volumen (tanto de negocio, como de audiencia, o por número de trabajadores) muy superior al de muchas revistas españolas, que incluso pertenecen a grupos editoriales, y a pesar de ello siguen sin hacer nada parecido a lo que hace una revista. Es otro canal, otro soporte, y otro producto; y siempre será así. Cuanto antes aprendamos a relacionarnos correctamente, mucho mejor.

Y dicho esto, seguimos con los temas que de verdad nos deben ocupar: Los coches que avanzan muchos metros en poco tiempo.