Cuando Merece la Pena Preparar un Coche

Recibimos correos todas las semanas preguntando cómo se puede preparar tal o cual coche, qué se le puede hacer, qué funciona bien y qué no, y muchas otras curiosidades. En algunos casos, la pregunta correcta no es tanto el "¿qué se le puede hacer?", sino el "¿vale la pena hacerlo?". Y es un tema muy complejo:

Como sabéis, tenemos un taller especializado en preparaciones y reparaciones de coches deportivos, y tanto por ese negocio como por nuestra experiencia personal tocando nuestros propios coches, sabemos que unas veces merece la pena meterse en un fregado enorme, y otras muchas no sirve para nada. Y no hablo únicamente del aspecto económico, porque si lo miramos fríamente nunca jamás potenciaríamos un coche. Hablo de si merece la pena invertir una fortuna en un coche que jamás va a ir bien, de si vale la pena reparar un coche que no vale la pena por mucho cariño que se le tenga, de tratar de maquillar un defecto de un modelo a base de comprar piezas, o de pretender que un coche sea lo que nunca podrá ser.

El principal problema creo que viene de dos factores: Por un lado, el convencimiento absoluto de que queremos tocar un coche concreto (ya sea porque le tenemos cariño, o porque nos gusta ese modelo sin atenernos a razones), y por otro lado el ver en internet proyectos de coches salvajes que son transformados completamente en máquinas de ensueño. Si sumas lo uno y lo otro, tienes una ilusión romántica de convertir un cazo en el aparato definitivo.

(El típico Miata con V8 de Corvette. Prometedor, pero si ves el eje trasero que le han puesto, y lo comparas con el de serie, te das cuenta de que las cosas no son tan bonitas como las pintan...)

Lo primero que vamos a dejar bien claro, es que no todo el campo es orégano: Hay coches que se pueden convertir en máquinas estupendas con muy poco esfuerzo, y coches que por una razón u otra no admiten mejoras sin dar problemas de mil tipos, o que tienen un defecto que difícilmente se puede corregir, y cuya única solución es modificarlos hasta el punto de que dejen de ser ellos mismos y se conviertan en otra cosa.

Lo segundo que hay que tener muy en cuenta, es que si modificar es caro, modificar mucho es muy caro. Me parece estupendo que hayamos visto un foro donde un tío convierte un Seat Málaga en un aparato con motor central, 4 turbos, tracción integral y 890 cv. Pero te puedo asegurar que ese aparato de Seat Málaga, ya tiene bien poco... Si intentas convencerte de que quieres algo mucho más sencillo que eso, pero que viendo lo que ha hecho ese tío, es viable hacer la mitad, te equivocas. (Hablo de un Seat Málaga por hablar de un coche que a priori no se suele preparar, no me parece un coche malo en especial, ni tengo nada en contra de ese modelo, que probablemente sea maravilloso en muchos aspectos.).

(Si me pongo a hacer uno de estos sí que va a ser "especial"...)

Porque al final la regla es muy sencilla: Si no usas como base un coche con potencial y realmente aprovechable, te toca subsanar todas las carencias de la base que uses para que acabe teniendo ese potencial. Y muchas veces se trata de problemas en el diseño de un coche que te van a impedir cualquier corrección. Si resulta que el chasis monocasco de un coche no es suficientemente rígido y suele retorcerse con facilidad, ¿Cómo lo solucionas? ¿Con una jaula completa soldada? Si sólo te planteas usar el coche en circuitos y llevarlo en carro, puede valer, pero para la calle me temo que no. Si el coche tiene el peor reparto de pesos de la historia de la automoción, ¿Cómo vas a eliminar un enorme subviraje natural? ¿Moviendo componentes a la parte trasera del coche hasta que consigas compensar los 200 kg del motor? ¿Maquillando el comportamiento del coche con un setup de suspensión forzado y extraño? En un coche de competición todavía puede funcionar, incluso muchas veces retrasan el bloque un trecho para equilibrar mejor el peso, pero en un coche de calle...

Es decir, que al contrario de lo que mucha gente piensa, no es cuestión de ser un jugón de la mecánica, no existe eso de "esos tíos son capaces de convertir cualquier coche en un avión porque le ponen de todo para hacer que corra". Porque en realidad, de donde no hay no se puede sacar, y la única opción de hacer que algunos coches sean un auténtico aparato de disfrutar es cambiarlo todo hasta el punto de que dejen de ser lo que son, previo paso por caja...

(La solución no siempre está en el fondo de un barranco. Pero algunas veces sí. XD)

Opciones siempre hay, se puede aligerar el peso, se puede hacer que suenen mejor, se puede hacer que sean más bonitos, que frenen mejor, que tengan una conducción más alegre, o que tengan un motor más potente, pero que nadie se confunda, en realidad es optimizarlos un poquito para que sin dejar de ser lo que siempre fueron, funcionen mejor.

Porque otra cosa que parece que a nadie le suena raro en este país es hacer que un utilitario convencional de tracción delantera tenga un motor turbo con enormes cifras de potencia y par... para que todo se quede en las ruedas delanteras. Cuando les preguntas que cómo hacen para salir de las curvas sin irse rectos a un patatal te dicen que eso se soluciona con unas suspensiones que hacen que el coche vaya mejor en las curvas. ¡Aaaacabáramos! (en el mejor de los escenarios el colega te habla de autoblocante, pero seguimos en una película de terror muy parecida). Claro, suelen cerrar el discurso con un "esto ahora mismo corre más que un M3, que lo estuvimos probando con un chaval que tiene uno", y esta afirmación nos suele llevar a la pregunta lógica: "y cuando acaba la recta, ¿qué haces con el M3 para que no te pase por encima como un obús?". Hamijos, no se trata de poner caballos a lo loco, eso es muy sencillo, se trata de hacer que los coches vayan bien, que funcionen, que se conduzcan, que sean completos...

Se puede entrever el potencial de un coche cuando investigamos un poco sobre él, y miramos cómo evolucionaron sobre él las versiones más gordas, o si esa misma base se utilizó para otros modelos más potentes y/o más deportivos. Eso nos puede dar una pista de por dónde tirar y lo que podemos esperar de él. Si se trata de un utilitario cuya base proviene de otro modelo un poco más grande y potente, la cosa pinta bien. Si de nuestro modelo evolucionó una versión mucho más potente y vemos que no se trata de algo muy distinto, sino que cambian unas pocas cosas, sabemos que tenemos bastante margen...

El otro tema a destacar es el de aquellas veces en que vale más la pena comprar una versión superior que liar un follón de mil demonios para lograr lo mismo con una versión inferior. No hay nada más absurdo que ir a un carpintero y decirle "me voy a comprar una mesa de 2 metros de largo, qué se podría hacer para que midiera un metro más", porque la respuesta siempre va a ser "comprarte la mesa de 3 metros desde el principio". Si de entrada compras el tope de gama del modelo que buscas, es lógico que lo intentes mejorar más, pero si compras uno básico y pretendes luego comprar por separado todas las piezas del modelo superior para acabar haciéndolo igual, salvo contadas excepciones, es más barato y da mejor resultado comprar inicialmente el modelo superior. Es una obviedad como una casa, lo sé, pero no sabéis la cantidad de gente que pasa esto por alto...

A veces hay que asumir que un coche al que tenemos mucho cariño, o que nos gusta desde pequeños, en realidad no sirve para correr, y eso NO es algo malo. Si asumimos que ese hecho es inalterable, y que podemos hacerle cuatro cositas para que vaya bien, que quede más bonito, y que nos siga haciendo la misma ilusión, seremos muy felices con él. Pero si nos empeñamos en que queremos que sea un lobo con piel de cordero, y que en realidad esconda un potencial tremendo bajo una apariencia discreta, y que la gente diga de nosotros que crecimos junto a ese coche, y que lo convertimos en una máquina invencible con el paso de los años, y otras muchas historias de ficción, será mejor que lo hagamos con un coche que realmente tenga potencial, o que comencemos a escribir una serie Manga, porque en la vida real hay cosas que se pueden estirar hasta un cierto límite, y si fuerzas más se rompen. Disfruta los coches para lo que fueron creados, aprovecha el margen que tengan para ser mejorados, y sácale partido a lo que tienes.

Además, los que llevamos unos años en esto tendremos mil anécdotas de haber visto a un fulano corriendo como un bombero que llega tarde con un coche chatarra que le habían dejado para una cosa, y te demuestra lo que se puede hacer con una mierda de coche si se tienen unas manos realmente buenas. No te frustres por no poder convertir una chatarra en un avión, y aprende a conducirlo con verdadera destreza. De esa manera tu victoria tendrá más mérito, y los que caigan ante ti sufrirán la vergüenza infinita. Hasta que no te adelanta un chico con una furgoneta mostrándote las nalgas por la ventanilla no sabes realmente lo rápido que pueden ir algunos con aparatos que jamás tuvieron potencial ninguno. Yo lo he vivido. Convéncete.

(Aprende a correr de verdad con uno de estos, y si lo consigues, habrás ganado en la vida. Absolutamente.)

En resumidas cuentas: Seamos realistas con el potencial que tenga el coche y lo que pretendemos hacer con él, porque si intentamos hacer algo cósmico con el coche equivocado acabaremos con un despropósito con ruedas. No pasa nada por dejar un coche para usarlo con mucho cariño y tener otro decente para correr. Y sobre todo, que nadie nos engañe con cantos de sirena y con los típicos "ese coche te lo puedes dejar super gordo y correr un montón, yo te lo hago", porque una cosa es hacer que un coche gane muchos caballos (cosa que se puede hacer con cualquier motor sin misterio ninguno) y otra bien distinta es hacer que el coche vaya bien. Si tienes dinero suficiente para afrontar una obra enorme, y sigues empeñado en tu idea, todo es cuestión de reconstruir el coche desde cero hasta convertirlo en un misil. Pero hay que tenerlo muy claro desde el principio...