Prueba Mercedes 190E (swap 3.6 AMG)

Un Mercedes 190E con motor AMG 3.6 de más de 280 cv, caja de cambios Getrag manual de 5 velocidades, frenos AMG, y otras muchas piezas de otros Mercedes más potentes, para un coche de calle utilizable a diario, cómodo, bien terminado, y capaz de pasar de Jekyll a Mr.Hyde (o viceversa) en un instante... ¿Apetecible?

Continuamos nuestra prueba doble de Mercedes 190 con swaps de motor. Acabamos de terminar con el 3.0 y hemos salido encantados con el funcionamiento del invento como juguete para tandas; y ahora nos espera el plato fuerte del día: Un 190 al que han puesto el motor de un C 36 AMG, pero con caja de cambios manual Getrag de 190 2.3-16. Y sabemos que la cosa se va a poner seria...

Ya desde fuera se aprecia un enorme cambio de planteamiento. Si el 190 3.0 era un aparato para correr en circuitos sin ningún miramiento, este 190 3.6 es mucho más discreto por dentro y por fuera. Es un coche pensado para conducir en la vía pública, con un aspecto exterior muy cuidado y un interior de cuero negro impecable que hace que lo podamos utilizar con comodidad y elegancia para ir a cualquier sitio sin dejarnos los higadillos. Y cuando entramos dentro, giramos la llave y comenzamos a movernos, se repite esta misma idea: Suavidad, confort, correcto funcionamiento de todo, cero ruiditos o vibraciones... Incluso su sonido es bastante discreto.

(3.6 en el dialecto de Stuttgart significa "temblad malditos". Exacto, no tiene gracia ninguna, yo en mi línea.)

Pero todo esto desaparece de la mente en cuanto pruebas a ver qué pasa si accionas el pedal derecho hasta el suelo. Entonces el motor empieza a empujar con sobrada fuerza mientras emite un rugido bastante escandaloso, y hasta parece que su aceleración hace vibrar ligeramente todo el coche mientras se lanza hacia lo que tengamos delante como un cohete. Claro, la primera vez que lo haces se te dibuja una sonrisa en la boca, es como si un coche clásico totalmente orientado al lujo y al confort se quitara la chaqueta y la corbata y se convirtiera en boina verde con machete y fusil... La segunda vez le vas cogiendo el gusto. La tercera ya se te nubla la vista y empiezas a convertirte en una mala persona, empiezas a desear el mal a los que se ponen en tu camino, y tu boca dice de todo menos cosas bonitas.

No es porque sea el coche que más corre del mundo, ni el más radical, ni el más efectivo; es porque su entrega de potencia va siempre in-crescendo desde el ralentí, y a medida que sube de vueltas se va volviendo cada vez más violento. Esa progresión hace que parezca más bestia de lo que es (porque conduciendo relajadamente se comporta como una señorita muy educada), lo que unido al sonido infame del motor de 6 cilindros en línea, con una mezcla de admisión aspirando y de su escape AMG desatado, hace que te conviertas en un energúmeno sin darte cuenta.

Pero no todo es motor en este coche, por supuesto. Aprovechando el despiece del C 36 AMG se ha montado su escape, sus frenos, sus ruedas, y otros muchos elementos que se podían adaptar al 190. Lo único que queda pendiente por instalar es la dirección del C 36, que está lista en una caja. En este sentido sí que se nota que debería funcionar con más precisión, pero volveremos luego sobre ello.

(Cuando lo ves llegar no te llamará mucho la atención... pero cuando lo escuches cambiarás de opinión.)

La caja Getrag de 5 velocidades le viene al motor AMG como anillo al dedo. No sólo por su funcionamiento más de carreas con el patrón "dog leg" con la primera para atrás, sino porque es una caja con desarrollos cortos, y hace que el motor reaccione con mayor viveza. Permite hacerlo girar siempre en la zona que queremos, y cuando conducimos al ataquerr (que es la mitad del tiempo por lo menos) siempre puedes llevarlo empujando donde el 3.6 da el do de pecho. ¡Parece que la Getrag fuera desarrollada precisamente para este motor! 

Hacemos un experimento en un carril de aceleración: Salimos a fondo en primera, segunda, tercera, y finalmente cuarta. Soltamos el acelerador y llaneamos, nos miramos, y coincidimos el Sr.Coco y yo en la misma idea: El coche empuja exactamente igual en las tres primeras marchas, y casi casi también en cuarta. ¡Epico!

Para que podáis haceros una idea de su sonido, lo máximo que hemos conseguido es grabarlo con una cámara, y os lo mostramos en este vídeo acompañado de otras imágenes:

(Sonido del motor sobre algunas imágenes del coche, y una pequeña secuencia de cómo acelera sobre lanzada a 50 kmh)

Los frenos también son de excepción, pues monta discos y pinzas del C 36 AMG, sobradamente preparados para detener un coche más pesado que este 190, por lo que no tenemos problemas para empezar a subir el ritmo y frenar cada vez más tarde. Esto hace que empecemos a llegar relativamente rápido a las curvas, y es aquí donde la suspensión Bilstein y las estabilizadoras del E500 empiezan a jugar un papel importante (junto con sus ruedacas de 235 en llanta 17, claro). El 3.6 se deja notar en las curvas un poco más burgués que el 3.0 que acabamos de probar, aunque los dos llevan casi idéntica suspensión, lo que deja la diferencia de peso entre uno y otro (no por el motor, sino porque el 3.0 va vaciado por dentro) como la culpable de todo. Aún así, no estamos hablando de un coche que no vaya bien en curvas, porque no es así, el coche va como un tiro, se mete en las curvas con precisión y sale de ellas traccionando con bastante solvencia (diferencial LSD del 2.3-16 al rescate), de hecho cuesta ponerlo de lado si no es haciendo el cafre y estrujando el acelerador a fondo en marchas cortas. Es un invento hecho para funcionar con eficacia y solvencia en carretera, para correr como un descosido, y hacer que las curvas intermedias y rápidas se conviertan en zona ideal para vencer a tus rivales (de hecho tuvimos un momento gracioso con un BMW 335i camino de vuelta, todavía estará pensando qué ha pasado...).

(El balanceo en las curvas no es demasiado acusado, pero podría rodar más firme y hacernos felices a todos)

Pero el 190 3.6 AMG presenta dos pequeños problemas, que aunque no son cosas de importancia vital, son lo único que impide hacer de este coche el aparato definitivo para todo uso. Por un lado la dirección de serie del coche, que es muy "turística", y se hace algo imprecisa cuando vas rápido. No sabemos si montar la dirección del C 36 AMG supondría la solución o no (es más directa y más rápida) porque no la hemos probado, pero todo lo que sea mejorar un poco la imprecisión de la de serie es buena cosa. El otro asunto es que la suspensión, aunque es firme, se hace un poco blanda para el uso deportivo "de verdad". Lo comentamos con Sergio, dueño de ambos 190, y nos dice que tanto el 3.0 como el 3.6 llevan casi lo mismo en cuanto a suspensiones, Bilstein, Eibach, estabilizadoras gordas y llantas de 17", pero el 3.0 se nos hace mucho más ágil y equilibrado que el 3.6, y como decíamos antes, la diferencia tiene que venir por el hecho de llevar el coche vaciado y aligerado. También se nos ocurre que con un motor mucho más potente y unas velocidades más elevadas las inercias son mayores, y posiblemente los apoyos se nos hagan más largos porque llevamos más peso y más velocidad encima (obviedad como una casa, por cierto...).

Y es que de no ser por estas dos cosas (con fácil solución por otra parte...), yo sin duda estaría convencido de que se trata del aparato definitivo para mi forma de ver las cosas. Es un coche viejo que mola, es discreto, y te permite ir con clase de aquí para allá, tiene interiores, asientos, ventanas y esas cosas que los demás aprecian cuando te ven llegar a los sitios, pero cuando lo coges por el cuello y aquello comienza a desbocarse te llena el pecho de satisfacción y hasta te cambia el carácter. Para colmo es fiable, y los recambios no son caros (tampoco son baratos, pero al menos no te sacuden de lo lindo como sucede con otros coches y con otros motores). Hay coches más potentes, más rápidos, más eficaces y más míticos, pero a mí me gusta este, y no os quepa duda de que en mis sueños moñas tendría un 190 3.6 AMG con una dirección un poco más precisa y una suspensión un poco más dura. Y oiga, no necesito más...

(No te digo ná y te lo digo tó.)

También hay que decir que el trabajo de adaptación que lleva este coche es enfermizo. Ok, aparentemente puedes meter el motor AMG en el 190 usando sólo piezas de otros Mercedes, que si el frontal, radiador y patas del chasis del 190 2.6, que si la Getrag y el puente trasero del 190 2.3-16, las estabilizadoras del w124, los frenos del C 36... Pero cuando lo miramos en detalle para hacer el nuestro (que llevará un 3.2-24 en lugar de un 3.6, pero son parecidos en cuanto al tinglado que hay que montar, porque el segundo es una evolución del primero) no vemos más que complicaciones por todos lados: Adaptar el cableado es realmente tedioso. Hacer que la centralita no dé error cuando vea que el sensor del ABS  no se puede conectar (en el 190 no se puede conectar el sensor del ABS del C 36 AMG), adaptar la manera en que el volante de inercia da señal a otro sensor cuando proviene de un 2.6 que ni lleva sensores ni lleva nada... Son muchos detalles que ir solucionando, y si bien no tienen mucha complejidad técnica, son muy muy trabajosos. Sergio nos anima diciéndonos que merece la pena, y que por lo que tiene comprobado en los coches de otros amigos, el 3.2-24 no desmerece nada frente al 3.6 AMG, y que anda también una barbaridad, sonando muy parecido...

Quiero volver a coger el 190 AMG, y lo vuelvo a coger. Vuelvo a notar sus bajos lineales y progresivos mientras voy circulando por la calle, y en cuanto el camino se abre un poco lo vuelvo a estrujar sin contemplaciones, el morro con la estrella de Mercedes parece levantarse un poco y se empieza a lanzar hacia adelante, combinando de nuevo ese sonido de carreras con una leve vibración, como de violencia contenida en el volante y los mandos del coche. Es esa sensación la que quiero dejar bien grabada en mi recuerdo, y me dispongo a repetirla varias veces para no olvidarme nunca de lo cerca que hemos estado del aparato definitivo.