Tu Primer Día de Drifting

El sábado estuvimos en el Circuito de Arenas de San Juan (Ciudad Real) con nuestro BMW 325i (e36) para un día intenso de drifting, diversión, risas, barro, y bocadillos de lomo con queso. Para mí era la primera vez que iba a un circuito a hacer drift como tal, y con esta experiencia os mostramos los detalles, los costes, y la diversión que podemos sacar de un día tonto por unos pocos euros...

Hoy vamos a relatar la experiencia de un primer día de drifting en un circuito, todo a muy muy bajo coste, con nuestro BMW anti-crisis, y tratando de minimizar el gasto maximizando la diversión.

Yo ya había cruzado unas pocas veces algunos coches, ya lo habéis visto por aquí, pero de ahí a meterte en un circuito y ponerte a enlazar una curva tras otra sin parar hay un trecho importante. Y eso nunca lo había probado. El circuito lo conocía de otras veces, pero siempre había ido a trazar por el lado bueno, a hacer tiempos, y por lo tanto la experiencia era algo totalmente nuevo para mí. Aunque en realidad uno de los trucos para ir bien en el drift es saber trazar bien, la línea y la colocación del coche al acercarse a una curva se hace bastante distinta, y requiere cambiar mucho la mentalidad al volante...

El Sr.Coco y yo habíamos convenido ir con el BMW 325i que tenemos en la nave, y compartir gastos a medias en todo. Desde la parrilla delantera que hubo que comprar el día anterior para que no nos pararan por el camino hasta el lavado a presión que tuvimos que hacer al volver. Todo al 50%.

(Primer juego de gomas traseras del día)

Madrugamos bastante para llegar al circuito a las 10:30h, aquello queda a unos 140 Km de Madrid, y queremos ir despacio para ahorrar gasolina en el trayecto y gastarla en la pista. Todo cuenta... Llevamos 6 ruedas traseras de segunda mano para quemar, calzadas sobre llantas de chapa de desguace (de un Serie 5 e34). Como algunas son de diferentes medidas y perfiles, llevamos las llantas pintadas de distintos colores por parejas, de forma que las dos negras llevan dos gomas iguales, las verdes otras dos iguales, y las moradas las dos restantes. Además llevamos gato, llave de ruedas, y un pequeño maletín de carraca con vasos para cualquier reparación sorpresa que necesitemos. 

El cielo amenaza con nubes grises de todos los tonos, y aunque a veces sale el sol, otras se pone a llover, para después dejar sitio al sol de nuevo. La cosa se pone impredecible 100%, y cuando llegamos al circuito nos encontramos dos sorpresas: La maleza a crecido casi 1 metro de altura por fuera de la pista, y las escapatorias están bastante embarradas...

(En cuanto le pierdes el miedo a los pianos, la cosa se pone divertida)

Llegamos allí y nos encontramos bastantes coches en el paddock. Parece que ya hay bastante gente... pero no! Son todos coches del circuito que alquilan para hacer drift. Sólo nuestro compinche Rodri ha llegado antes que nosotros, y ya está terminando de calzar el e36 blanco de alquiler para salir a darlo todo. Lleva muchas muchas cruzadas a sus espaldas, conoce el circuito como la palma de su mano, y es un auténtico quemado que no sabe pasar ni 30 segundos fuera del coche. Así que la jornada comienza como hay que empezar este tipo de experiencias: A tope desde el principio.

Yo no sé muy bien cómo va esto, no he conducido este coche más allá de las calles del polígono donde tenemos la nave, y el Sr.Coco y Rodri rápidamente se ponen a enseñarme el circuito y las trazadas que hay que hacer, cómo debo cruzarlas y por dónde puedo pasar.

Cojo el BMW  con el diferencial soldado, y de camino a la pista todo va crujiendo a mi paso... Meto primera, enfilo la recta, y me encuentro el primer giro a izquierdas. ¡Empieza la fiesta!

(El cielo amenazó lluvia, y trajo 8 minutos de granizo intenso. Por lo demás, solazo todo el día.)

Con el Sr.Coco como profesor, vamos repasando una a una las técnicas que podemos usar este día de estreno: Comenzando por el sencillo "power over" (meter un cebollazo al acelerador y dejar que la zaga deslice), seguimos por el "clutch kick" en las curvas donde le cuesta más cruzarse, y en otras aprendemos el "shift lock", dejando que las ruedas se bloqueen a la entrada de la curva cuando sueltas el embrague al reducir. En muchas de estas maniobras hacemos algo de "flick" (finta, nórdica, cambio de apoyo, como lo quieras llamar) para evitar el subviraje natural de algunos momentos. 

Parece que le cojo el aire, el coche desliza muy bien sobre la pista, y de momento me veo capaz de cruzar casi todas las curvas de una en una. Pasemos ahora a las enlazadas.

El circuito es muy revirado, aunque tiene la anchura necesaria para cruzar el coche a las velocidades a las que nos solemos mover con estos coches (segunda casi siempre), así que es fácil encontrar mil sitios donde poder enlazar una cruzada con otra... pero la cosa resulta más difícil de lo que parece.

(Uno de mis profesores, Rodri, con un 325i de alquiler del circuito, tras una excursión por la jungla)

Rodri me indica dos cosas importantes llegados a este punto: Que mire más lejos, y que procure ir mirando siempre al piano al que quiero ir, y en cuanto lo enfile ponerme a mirar al siguiente; y también que para enlazar la siguiente curva procure tirar el contravolante mucho antes. La operación me cuesta varios trompos, varios cabreos, y finalmente un glorioso manotazo en mis partes tirando el contravolante con la mano derecha (en ese momento te da igual el coche, te sales lentamente al barro mientras ves lucecitas resplandecientes por todas partes y las lágrimas lo ponen todo borroso...).

Pero aunque parezca mentira, si obedeces estas instrucciones de mirar al siguiente piano y controlas más o menos bien el alocado giro del volante de tope a tope en cada momento, te van saliendo algunas enlazadas poco a poco, provocando tremenda euforia en los ocupantes del coche, palmas, gritos, y golpes en el techo.

El Sr.Coco sufre de copiloto profesor, porque al principio los derrapes te salen un poco bruscos (sobre todo al volver la tracción) y va dando meneos de lado a lado del coche, increpándome de vez en cuando.

(Una de nuestras gomas traseras se despedazó, saltando un trozo y enrollándose en el retrovisor. Bastante gracioso.)

Para terminar la mañana antes de ir a comer al bar, me dejan coger el e36 alquilado, completamente vaciado, soldado, y destroyer a más no poder. Tras una o dos vueltas haciendo lo propio, enfilo la recta a fondo, dispuesto a hacer la curva rápida del final como un auténtico enfermo, animado por los gritos de Rodri dándome indicaciones de cómo lanzar el coche sin matarnos en el intento. Efectivamente, hacemos un flick, entramos de costado con bastante antelación, pisamos el vértice y salimos con más ángulo todavía, a fondo en segunda, eufóricos, con el motor casi cortando inyección, y alargando la cruzada todo lo posible en la recta que sigue mientras el coche va traccionando y ganando velocidad... pero en ese momento aquello se me escapa y nos salimos al barro de costado, y en segunda a fondo (unos 80-90 kmh), nos llevamos 12 metros de matorrales por un lateral dando botes, para finalmente dejar el coche atascado sin poder salir a pista... Nos ayudan otros dos particpantes y devolvemos el BMW a lo negro. Parece que todo funciona bien, el coche se conduce igual, y lo único reseñable es que por el lado derecho todo es barro, y no se ve nada. ¡Dónde puedo vivir estas cosas sin que pase nada de nada si no es aquí! ¡Maravilla pura!

Hora de comer, Emilio, rector del circuito nos echa de allí, y dejamos todo listo para seguir por la tarde. En un bar del pueblo (hay más de dos, lo hemos comprobado) comemos como campeones, con bebida, patatas fritas y de todo, por 5 euros cada uno. Con estas cuentas sale rentable no traer bocata de casa, y comer allí como un capitán general... Tenemos una interesante discusión sobre si nos gustan o no nos gustan los tranchetes, y si están dulces o salados, y zanjada la discusión con diplomacia nos volvemos al circuito.

(El Sr.Coco no sabe coger un producto final sin desmontarlo. Aquí se le ve potenciando un bocadillo con salsas aftermarket.)

Ponemos gasolina en el 325i rojo, y ya habiendo consumido las ruedas que traíamos nos toca comprar gomas en el propio circuito. Salen a 7 euros la unidad, y te dura una pareja unos 10 minutos más o menos (depende de lo borrico-profesional que seas). La experiencia lo vale, y como estás envenenado perdido, no te vas a parar ahora por no gastarte 14 euros, que ni es dinero ni es na... Eso sí, no he cambiado más ruedas en mi vida, parece que en cuanto te das la vuelta y te fumas un cigarro alguien las ha destrozado con una radial y te toca cambiar otra vez! Pero qué ritmo es este! 

Cojo el coche de nuevo, y compruebo lo que me había dicho el Sr.Coco antes de ir allí: Cuando te paras a comer es como si asimilaras todo lo aprendido en la mañana, y de repente la tarde se te da mucho mejor de lo esperado. Ahora las enlazadas salen fluidas una detrás de otra, te atreves con maniobras que antes te daban pánico (porque te ves capaz, y lo consigues), y ahora que lo disfrutas aún más porque controlas a dónde quieres dirigir el coche mientras lo cruzas, se acaba la tarde, la gente se marcha, y te ves tú sólo dando vueltas como un psicópata y con el coche lleno de barro. 

Es hora de regresar.

El cambio es brusco y doloroso: Pasas de estar disfrutando como un niño en una piscina de bolas a tener que recoger tooooodo el material, cambiar las cuatro ruedas al coche para volver a casa, y encima compruebas con desesperación que lo que antes cupo en el coche perfectamente ahora no hay manera de hacerlo entrar... ¿Te estás quedando conmigo coche del demonio!!?

(Exacto, ese montoncito de barro ha salido de un paso de rueda. Había 4. En el lavado de la gasolinera hemos dejado otro bastante rico. Y sí, nuestro coche era rojo.)

Sacamos un kilito de barro de los pasos de rueda, y con todo listo nos volvemos a casa, cruzando los dedos para que no nos paren por el camino a la vista de un BMW viejo lleno de barro y cargado de ruedas y herramientas... Rodri nos sigue con su 323i e36 impecable, y disfrutamos de un viaje de vuelta relativamente tranquilo. Estamos destrozados. 

Al llegar le damos un buen manguerazo al coche, compro pan en la gasolinera y llego a mi casa muy tarde, dispuesto a hacerme la cena, y meterme en la cama. Pocas veces recuerdo haber llegado a casa tan cansado... ni tan satisfecho. Cierro los ojos, me pitan un poco los oídos, y sigo escuchando ruedas chillar en mi cabeza, veo ángulos y trazadas posibles, y a los pocos minutos entro en un coma profundo.

Pequeño vídeo ilustrativo sobre la experiencia:

¿Resultado de la jornada? Sencillo:

Gasolina de ir: 30 euros

Gasolina de volver: 30 euros

Gasolina en el circuito: 110 euros

Gomas usadas de casa: gratis

Gomas usadas del circuito: 7x4= 28 euros

Entrada a pista con un coche: 35 euros

Comer dos personas: 5x2= 10 euros

TOTAL= 243 euros a pagar entre dos personas (121,50 por cabeza)

Me diréis que no ha valido la pena...