Bienvenidos a las quedadas de coches

La afición por los coches enfermizos tiene que pasar necesariamente por una etapa turbia llena de luces y sombras, como es la etapa de las quedadas de coches. Hay algunos que se resisten y acaban cayendo, otros que las frecuentaban y han logrado pasar página, e incluso algunos niegan haber pasado su fase de quedadas. ¿Aún no sabes de lo que hablamos? Pues ponte cómodo que te vamos a explicar lo que te vas a encontrar en estos peculiares eventos...

Es justo reconocer que hay quedadas y quedadas, que hemos visto de todo, y que cada grupo de gente que se congrega puede ser tan distinto a los demás como el día y la noche, pero por lo general siempre hay denominadores en común.

Para hacernos una idea general de las quedadas, tenemos que ver varios aspectos. Se resumen en dos clasificaciones: Tipos de quedadas, y tipos de asistentes. Vamos a ver si conseguimos dar una descripción como a nosotros nos gusta: Generalizando mucho, poniendo a parir a todo lo que se mueve, y dando ejemplos de lo que nos hemos encontrado en estos años de fazañas cocheriles.

TIPOS DE QUEDADAS:

1.- Quedadas de un sólo modelo, o similar.- Son complicadas de llevar a cabo, porque en España hay pocos casos de comunidades sólidas en torno a un único modelo, y una quedada no lo es si hay menos de 10 coches (hemos hecho planes de amiguetes con más asistentes). Pero alguna vez te encuentras con alguna, y hace gracia. En ellas suelen predominar dos tipos de personajes, los que tienen a dicho modelo en un pedestal que raya la ultraviolencia, y los que están ahí por pasar el día viendo cosas, y tienen coches mucho mejores en el garaje, y son conscientes de la realidad sobre el modelo en cuestión. Aquí como todo el mundo tiene casi el mismo coche, es muy difícil que se produzca mal rollo, aunque hemos visto casos peculiares en los que de repente se monta la marimorena. Un amigo tuvo la feliz idea de pasar con su Nissan S13 ciclado alrededor de un grupo de Kia Ceed que habían quedado en un parking, sólo que con el coche cruzado haciendo un cero en torno a los Kias, delimitando el cerco con un buen par de marcas negras en el suelo. Los asistentes le miraban con cara de "este chico necesita hacer algo con su vida" (no faltos de razón), y tras semejante absurdez no tuvo más remedio que irse a otro sitio a reflexionar sobre lo que acababa de hacer.

2.- Quedadas monomarca.- Aqui la cosa puede parecer igual que lo anterior, pero no lo es. Por lo general las quedadas monomarca suelen estar plagadas de talibanes de su marca de coche, y además estos personajes en muchos casos contagian a los demás de su extremismo, y terminan con cosas lamentables como vinilar el coche entero hasta los cristales como si se tratara de un coche de promoción, pero de un modelo de hace 21 años, y cosas igualmente bochornosas como gente con ropa rotulada con la marca del coche (no hablo de marcas con glamour como Porsche o Lotus precisamente...). Lo gracioso es que en estos eventos casi siempre aparece un chaval con un coche de la competencia más encarnizada, porque antiguamente era de la marca en cuestión, y se ha pasado al lado oscuro, aunque mantiene a sus amistades y las sigue cultivando. Es normal encontrarse un Evo en alguna quedada de Subarus, algún Audi en grupos de BMW, y similares...

3.- Quedadas de calcinados incurables.- Se empiezan a congregar coches preparados de todo tipo, desde aparatos de altos vuelos, hasta cafres con coches modestos vaciados por completo y embrutecidos todo lo posible. Todo el mundo es muy bestia, todo el mundo es muy duro, todo el mundo come pulpo crudo y bebe agua de mar. Empiezan a volar los rumores sobre las potencias que dan en banco tal coche y tal otro, y la gente cotillea cosa mala. Peeero en muchas ocasiones, estas quedadas terminan en un tramo de montaña, y el postureo racing de la mitad de los asistentes da paso a actuaciones bochornosas, y dejan en evidencia la mamarrachez de algunos. Recordamos con cariño una quedada de Clio Sport en la que un tío con unas pintas curiosas sale de un Clio fase 1 (16v) con cuatro chucherías bien seleccionadas, y propone ir de tramos. Unos cuantos accedimos, y le vemos sacar el mapa de carreteras con la mitad de los tramos marcados en subrayador amarillo... Ojo que esto se pone serio... Efectivamente, un chaval con un Lancer vio que el tío del Clio 16v le daba un repaso de órdago y se marchó por otra desviación en cuanto terminó el segundo tramo, otro con un Clio Sport R27 acabó haciendo lo mismo cuando comprobó que el grupo le tenía que esperar aparcado cada 10 minutos, y así fueron cayendo como moscas todos. Al final hablando con el chico del Clio 16v nos estuvo explicando que es piloto de rallyes, que corre con un coche igual que ese, pero Grupo A, y otras muchas cosas que nos encantaron por su humildad y su buenísimas (excepcionales) manos, que nos dieron sopas con ondas a todos y cada uno, y no cometió una sola temeridad o imprudencia grave en ningún momento.

4.- Quedadas de postureo declarado.- Cuando el propósito es manifiestamente el enseñar la alucinancia de unos coches, sabes que algo va mal en esas cabezas. Se dan cita personajes averiados que llevan aparatos impresionantes a los que no se les puede apretar a fondo porque se rompen, o porque no saben llevarlos. Eso cuando no vemos los auténticos quiero-y-no-puedo con ruedas, coches "base-spec" disfrazados con el aspecto completo del tope de gama, o incluso coches de calle con especificaciones básicas que se han rotulado como el modelo de competición. En estos eventos se suele hablar poco de conducción, mucho de lo que cuestan las cosas, de lo que tienen los demás, y por experiencia hemos comprobado que la mitad de las historias que se cuentan son falsas ("bueno es que se me picó tal coche o tal otro, y le dí un repaso impresionante, el tío me miraba con cara de alucine, bla bla bla", mientras tú sólo escuchas "adelanté a un coche que no se quería picar conmigo, me creí que le estaba masacrando, en realidad mi madre no me quiere, pretendo solucionar complejos de la infancia y fantasmas del pasado ganando tu admiración con un coche que quisieras tener"). ¿Qué se puede hacer en estos casos? Lo hemos pensado muchas veces: Coger un BMW destroyer, poner una pegatina enorme de una discoteca pastillera de los años 90, llegar escuchando bakalao lamentable a un volumen mas que suficiente, hacerte un cero muy bonito y muy redondo, te bajas, bailas el temazo mientras das la vuelta alrededor del coche, te vuelves a subir y sales de allí como si el coche fuera robado. Ya has protagonizado la anécdota más grande que vas a poder contar en tu vida, y al contrario de las que se cuentan en esa quedada, la tuya es real.

5.- Quedadas "totum-revolutum".- Aquí de repente un día se juntan 60 coches sin ningún concierto ni orden establecido. Se empieza a correr la voz, va llegando gente, muchos de ellos en grupos de amiguetes de varios coches, y cuando te quieres dar cuenta, has llenado el parking correspondiente. Por lo general nunca sale nada bueno de las quedadas totum-revolutum: Predominan los energúmenos con la gorra por peineta, gente que se piensa que con una puta mierda de coche puede ser molón si le pinta tres colores estridentes y le pone unas pegatas que estén de moda, gente que viene a fardar de no se sabe bien qué, coches con motores del montón que suben al corte de inyección como si su sonido fuese a gustarle a alguien, y energúmenos que se van acelerando a fondo entre la gente sin conocimiento ninguno, porque no se les ocurre que aunque allí hay gente caminando, niños sueltos, y coches maniobrando a los que pueden hacer mucho daño. Lo bueno, en cambio, es que los grupos se van formando solos, y es normal que a tu grupo de amigos se unan otros con los que hacer buenas migas, mientras los descerebrados se arrejuntan entre ellos. Nosotros lamentablemente acabamos en estas quedadas más de lo que nos gustaría, pero es que un amigo nuestro (ejem...) tiene una especie de fijación mental con montar estas orgías del desastre, enciende mechas que luego no puede controlar, y acaba la cosa con eventos de más de 50 coches sin criterio ninguno, y terminamos siempre renegando de nuestra afición, de nuestra amistad, y de la desgracia en la que nos sumergimos a pasos agigantados (y no es broma, que alguna vez nos hemos tirado semanas sin llamarnos porque nos entró una depresión al salir de una de estas...).

(Nuestra foto favorita para expresar el drama que se monta a veces en este mundillo)

6.- Quedadas de clásicos.- Aquí se distingue entre dos clases, las de clásicos majetes, y las de clásicos talibanes. Las primeras son las que molan, da gusto, la gente es amable, te enseñan los coches, y miran con admiración tu chatarra aunque todavía no ha dado el paso de "coche viejo" a "coche clásico". Te enseñan, aprendes, y como llevan años siempre viéndose los mismos, hay una camaradería y buen ambiente que engancha mucho. Las de clásicos talibanes son la muerte peluda. Si no tienes un clásico de hace más de 25 años ni te miran. No te enseñan el coche, y si lo hacen es para explicarte todo lo que tú no tienes y ellos sí. Además critican enormemente cada detalle de un coche clásico que no es exactamente tal y como venía de origen. Aunque se trate de una mierdaca que fallaba mucho porque siempre se rompía lo mismo y tú lo has solucionado para que no falle poniendo una pieza de otro coche de la época. No, eres un mierda. Tu Ferrari 250 GTO puede ser una aberración porque lleva unos detalles del 250 SWB que eran mejores que los del GTO, en cambio ellos son la gloria de España porque tienen un coche clásico como el que tiene todo el mundo siempre, que no aportó absolutamente nada a la historia de la automoción, que no influyó en nada, y que ni era lujoso, ni era cool, ni era deportivo, ni era nada. Yo no tengo nada en contra de ellos (a pesar de lo que pueda parecer), pero pueden introducirse sus opiniones más excluyentes por el recto, y montar una especie de sociedad secreta donde nadie pueda entrometerse en su mini-mundo en vías de extinción, de forma que nos dejen a los demás disfrutar de los coches, de las personas, y de lo verdaderamente grande de esta afición que nos une.

PERSONAJES MÍTICOS DE LAS QUEDADAS:

A) El Colega Ficticio.- Les ves una vez al año como mucho, no vuelves a tener contacto con él, y nunca os habéis visto fuera de una quedada, lo cual suma un total de 3 encuentros breves en 3 años. A pesar de ello, te agarra en cuanto te ve y no te suelta, dispuesto a darte la brasa hasta que te vayas de allí, contándote su vida y su obra, sus batallas, y de forma adicional, intimidades de su vida que te producen escalofríos. Es inmune a todo, así que olvida todas las técnicas de evasión porque no funcionarán nunca con él, desde las más básicas de "me doy la vuelta y me pongo a hablar a otra persona ignorando tu última pregunta indiscreta", hasta las más avanzadas como decirle "Sip, fenomenal, pues oye cuéntaselo a quien quieras, a mí también me gustaría que me lo contaras" y largarse. Es inútil. Te va a dar la talega hasta que te vayas a tu casa. Asúmelo.

B) El Colega Real.- A este también le ves de pascuas a ramos, pero a diferencia del anterior, os une una verdadera amistad imposible, y no os veis más porque la vida os lo impide, así que las pocas veces que coincidís es en estas cosas, y te da verdadera alegría encontrarte con él. Te pregunta por tu familia, te cuenta cómo le va, te enseña lo que le ha hecho a su coche desde que os visteis, te pregunta por el tuyo, te da indicaciones que conoce para resolver algún problemilla que puedas tener, y te vas a tu casa con una sonrisa de oreja a oreja, pensando "joe, que tío más majo, me cago en la mar, a ver si le veo más este año...". En nuestro caso, estos personajes suelen ser la motivación principal de ir a quedadas.

C) La Celebridad.- Desde que su padre le dijo que no llegaría a nada en la vida, su mayor afán es que alguien en este mundo le admire a toda costa, y ¿qué mejor manera de conseguirlo que gastando sus ahorros en un coche impresionante? Por eso suele llegar al final de la mañana para que todos le vean, no te va a saludar jamás, porque eres tú el que le tiene que ir a pedir un poco de su atención, y si aparece en la quedada un coche que realmente vale la pena, lejos de alegrarse por verlo y acercarse e curiosear, le amarga la mañana por desviar la atención sobre él.

D) El Campechano.- Su sencillez salvaje le otorga una inmensa capacidad de hacerse amigo de todo el mundo en cuestión de medio segundo. Cae bien, y con la dosis justa de descaro te pregunta por tu coche, se mete contigo, te hace reír, te enseña su coche, sus modificaciones, y va de lado a lado con un grupo de gente que parece que vienen con él (en realidad los acaba de reclutar allí mismo y se van a hacer amigos, luego irán de cañas y esas cosas), preguntando con sincera curiosidad por las cosas que ve en cada coche. Cuando este personaje se encuentra con el anterior (Celebrity) se produce un choque de trenes de consecuencias devastadoras. Porque el Campechano le va a soltar cualquier gracia al Celebrity, y éste no va a admitir ni media broma sobre su coche, lo que producirá la risión de los acompañantes de uno y de los fans de otro. Se va a producir una tensión que se puede cortar con cuchillo, y al final uno de los dos abandonará el corral.

E) El Películas.- Es muy habitual, cae bien, es majete, todos le queremos, pero cuenta unas películas de vaqueros impresionantes, que probablemente tengan algo de sentido dentro de su cabeza, pero fuera no se las cree ni Rita Hayworth. Te explica que con su chatarra infecta de 90 cv (a la que todos queremos porque es entrañable como él) le ha dado sopas con ondas en una recta de autopista a un Cayenne Turbo, mientras su rival le miraba sudoroso y temblando ante la humillación. Otro día te dice que con el utilitario de su madre se fue de tramos y lo petó, las motos se apartaban, dejaba atrás al helicóptero de Tráfico, a Loeb que andaba por ahí con el coche de Pikes Peak practicando, y de lo rápido que iba el haz de luz de los faros iba menguando porque no le daba tiempo a la luz a avanzar más rápido que el coche (esto último es verídico, lo ha dicho un tío) (Debo aclarar, para el que no se acuerde, que la velocidad de la luz es de 1.079.252.848 Km/h).

F) El Fantasma de la Quedada.- Es un fantasma real, se aparece de vez en cuando, sólo unos pocos afirman verle, el resto dicen que no es real, que ahí no hay nadie, y de la misma forma que se manifiesta, cuando estás hablando con él, te giras, y se ha marchado. Cuando preguntas a los demás "¿Quién era ese tío, ha venido con vosotros?" la mitad dicen que no le han visto en su vida, y la otra mitad aseguran que ves alucinaciones, que nunca ha habido tal personaje presente. Os parecerá que estoy exagerando con este personaje y que me lo estoy inventado. Ok, es cierto que me estoy bebiendo un whisky mientras escribo estas líneas, pero os aseguro por lo que más queráis, que lo hemos vivido, y podéis preguntar a más de uno que ya lo ha visto aparecer (además el mismo tío con el mismo coche) en diferentes quedadas de tipos distintos de coches. Y alguno aquí presente sabe de lo que hablo!

G) El Incendiado.- Viene a lo que viene, y sabe que va a terminar la quedada en un tramo de montaña, sólo o mal acompañado, le da igual, ha venido a buscar compañeros de fechorías, le hierve la sangre, y no para quieto un momento el jodío. Caben dos variantes de este personaje: El cantoso y el discreto. Al cantoso se le ve el plumero, lleva una camiseta guerrera de algo de coches, y te propone ir de paseo sin miramientos de ningún tipo. El discreto es el que va en silencio, vestido de cualquier manera, y de repente en cuanto alguien dice "tramo" asoma la cabeza sonriendo, saca su mapa de carreteras lleno de marcas, y organiza la excursión.

H) Los Moñas.- Hablo de este tipo de personaje en plural, porque son una plaga. Son una versión ruidosa y molesta del postureo automovilístico. Llenan sus mierdas de coches con pegatinas que anuncian unas expectativas que no pueden cumplir. El que no pone mil cosas de drift en su coche sin haber hecho drift en su puta vida te planta mil pegatas de cosas molonas medio yankis medio japos, en un coche ni yanki ni japo, que encima es el modelo básico, que además va casi de serie (bueno, en realidad peor que de serie), coloca la famosa tira textil de remolcar los coches de carreras en un sitio de donde no remolcas ni el parachoques, y otras muchas señas de querer ser el más malo y el más hoonigan del mundo, y lo que tiene es un truñaco de coche y un peligro que no te lo crees. Suele ser la gente que por hacer el oso te da un golpe en una rotonda porque el coche se les va sin saber a donde, que salen de la quedada acelerando a fondo entre medias de la gente, que suben a tope el volumen de una música que nadie ha pedido y no nos deja hablar, y así con una larga lista de motivos por los que estos moñas me irritan sobremanera. Ojo, que están en su derecho de ser unos seres lamentables, y lo respeto, pero si optan por juntarse todos, irse a vivir a una isla lejos de aquí y formar una super-raza de moñas y gorrillas ahí dentro, a mí me harían muy feliz desde la lejanía.

I) La Persona Normal.- Saluda, escucha, pregunta, aprecia su coche sin sobrevalorarlo, y aprecia el tuyo, se interesa por las cosas, no interrumpe, no te inoportuna con cosas que nadie le ha pedido, y si te puede echar una mano te la echa. ¿Cuál es el problema? Que en la mitad de las quedadas no hay ninguno de estos, y en la otra mitad hay unos cuantos, pero como son discretos, no llaman la atención, no te fijas en ellos. ¡Pero están ahí! Y si no los encuentras, te animo a que seas tú uno de ellos. Porque la gente normal es contagiosa, y cuando te comportas como tal con los demás, sus rarezas quedan en evidencia ante ellos mismos, y tienden a reaccionar con la misma educación que tú, aunque sea para disimular. Da igual al tipo de quedada que vayas, tanto si es de los coches más cochambrosos como del club más elitista, si sabes ser una persona normal, y comportarte con un mínimo de educación, quedarás siempre bien, serás siempre bien considerado, y a buen seguro aprovecharás bien la quedada conociendo gente que vale la pena, aprendiendo mucho, y subiendo el nivel general de los asistentes.

Ahora escoge bien tu próxima quedada, admira el panorama, saca las palomitas, y ¡a disfrutar del espectáculo!