Momentos: Tandas buenas y tandas malas

Hoy inauguramos una nueva sección llamada Momentos, en la que describimos desde nuestro "peculiar" punto de vista lo que se siente cuando suceden determinadas cosas en la vida de un quemado medio. Como acabamos de volver de unas tandas libres muy majas en el circuito de Kotarr, y recientemente hemos rodado en Arenas de San Juan y en el Jarama, vamos a comenzar esta sección relatando dos momentos intensos que el calcinado ibérico suele vivir en un circuito: Cuando lo hace bien, y cuando lo hace mal.

Como parece que gustan especialmente las entradas un tanto más "personales" de esta casa, en las que relatamos cosas un poco "sui generis", y no queremos abusar del género de describir personajes típicos en según qué hábitats, hemos pensado que describir con el mismo estilo algunos momentos especiales, sería una buena idea. Aquí cabe casi de todo, desde el humor hasta la serenidad, de lo sublime a lo mundano, de la gloria al fracaso. Vamos a ir dando forma a la sección con nuestras recientes sensaciones en las tandas que hemos vivido en Kotarr, Arenas y Jarama, con nuestra manada de E36 de todo tipo. Se valorarán muy positivamente los comentarios sobre lo que os ha parecido para ir perfilando un poco esta sección...

TANDAS. CUANDO LO HACES MAL:

Llegas al circuito con buenas o malas vibraciones. Eso da igual. Sabes que cuando te pones el casco (y te quitas el cerebro) todo queda fuera en silencio, y tu anterior estado de ánimo ahora te espera en la grada, ya fuera de euforia o de preocupación. Esto es un paréntesis que no tiene nada que ver con nada.

Echas un vistazo al resto de participantes preparados para salir en pista, y a los que ya están rodando, para saber cómo está el nivel y con quién te mueves. Vas enfilando el pit lane dejando a un lado los boxes, y te arrimas a la entrada a pista, sin saber lo que te puedes encontrar. Cedes el paso a un par de coches que vienen ya calentitos, y calibras a ojo si su ritmo será mejor o peor que el tuyo cuando ya estés al 100%. Pista libre, sales con suavidad, y vas calentando la mecánica, mientras tanteas a baja velocidad el estado del asfalto, el agarre, los sonidos del coche, etc.

Piensas que todo está listo para empezar el primer asalto, y comienzas a estirar segunda con decisión, mientras el ritmo va creciendo en la misma medida en que coges confianza. Vas comprobando que en cada curva aún te queda un buen margen para ir más rápido, y lo memorizas para la siguiente vuelta. Vas viendo que el coche no se comporta para nada como lo hace en la calle, ahora vas mucho más fuerte, los asientos deportivos de origen ya no te sujetan nada, las ruedas chillan, los frenos se van quedando cortos, el coche se insinúa con violencia en cada frenada y en cada cambio de apoyo, y algún objeto del interior del coche que pasaba inadvertido ahora vuela descontrolado de lado a lado. Ya estás aclimatado, esto es lo que hay, así funcionan ahora las cosas, y estas son las variables con las que tienes que jugar en el circuito, y ninguna otra te servirá.

Pero no terminas de encontrarte a gusto. El coche no te resulta "cómodo", no te obedece, donde se supone que debería deslizar no lo hace, y viceversa, ya has salvado un par de trompos por sorpresa, y esto ha hecho que pierdas el ritmo que pensabas que deberías llevar, ya no sabes si antes ibas demasiado rápido por el contrario debías haber atacado esa curva a más velocidad. Te empiezas a hacer un lío, y mientras quieres razonar sigues sin cogerle el aire al coche, a tu coche. Las ruedas delanteras a veces parecen ir sobre raíles y en otras curvas pierden la trazada muchos metros. La confusión aumenta.

(Culebras investigando por dónde ir)

Y para mayor desconcierto, tu referencia sobre otros participantes también se difumina. Adelantas a Pepito que normalmente corre más que tú, y te empieza a meter presión Menganito, que siempre ha rodado más lento que tú. ¿Qué coño pasa aquí? Tomas el control de la situación, decides meter una marcha larga, bajar el ritmo para enfriar, y salirte de la tanda para fumar un cigarro y comentar la jugada con otros.

Aquí, como siempre en todas partes, cada uno tiene una opinión. Unos dicen que la pista está increíble, otros que no está bien, unos te dicen que en esa curva tienes que ir más rápido, y otros que la sacrifican pisando huevos para enlazar la siguiente mucho mejor... Nada te convence. Así que te pones el casco y enfilas de nuevo los boxes para volver a salir. Por alguna extraña razón te fijas en el muro de meta y en las gradas, y ves que hay más gente mirando de la que te imaginabas. A algunos les conoces y a otros no, y compruebas con un vistazo instantáneo que te están mirando cuando te acercas y comentan algo sobre tu actuación... Normalmente no te importa, pero ahora dudas.

Y vuelves al ataque con la decisión de empezar todo de nuevo, para hacerlo bien. Coges un nuevo ritmo, ya evitas cagarla donde sabías que el coche antes no respondía, y lo has solucionado sin saber muy bien cómo. Así que ya más o menos vuelves a ser el de siempre, pero no te columpias ni media porque sabes que esto no está respondiendo como uno se espera... y es justo al ir cogiendo ritmo cuando sucede.

(Ni un rasguño. Los hubo peores.)

Sucede que justo en la curva donde todo el mundo se pone a mirar quieres redimirte de tu anterior actuación lamentable, pasando sin pena ni gloria vuelta tras vuelta, y ahora que tienes ritmo vas a subirlo un poco más para salvar el día. Y como si todo sucediera a cámara lenta, te vas marchando a la mierda irremisiblemente, con la certeza que te dan los pedales de que nada de lo que hagas podrá evitar el festival que estás a punto de montar. Y efectivamente, ya te ves abandonando el asfalto imparable, de hecho ni siquiera pisas el freno porque no serviría para nada, y en tu viaje de excursión a ninguna parte sólo puedes mirar el relieve por donde vas para intentar que el coche no sufra muchos daños ni golpee nada con los bajos (porque te crees que si lo hay, lo vas a poder esquivar de alguna manera...XD).

Ya has montado la fiesta de la grava y los ruidos en los bajos del coche, apenas el cacharro se va a detener y ya te has ubicado, listo para regresar a pista y quitarle hierro al asunto. Lo primero que observas es que tu salida ha sido un jodido churro, no te has salido en plan glorioso, con una pasada de frenada que indique que venías a 400 por hora y no podías entrar ni de coña, ni con una salida trompeando a gran velocidad, como los campeones. No, has hecho una salida asquerosa, dejando las únicas marcas de frenada en esa zona porque eres el único gañan capaz de salirse por ahí, y no por donde se salen todos. Además, en un instante compruebas que TODO EL MUNDO está mirándote, muchos con el móvil o la cámara apuntándote, y se comentan cosas entre ellos. Sí, sabes que ellos no están en la pista con un coche para demostrar lo buenos que son ni comprobar que esto no era tan fácil como a ellos les parece, pero el hecho es que tú estás aún resonando a chinitas de grava por todo el coche, y ellos ahí fuera criticando la gañanada que acabas de protagonizar.

Será mejor olvidar este día, porque sabes que en cuanto salgas del coche tu amigos te van a empezar a decir lo que tenías que haber hecho, se van a partir el ojete en tu cara (con bastante razón, por cierto), y te espera una semana maravillosa de ver en Facebook tu hazaña inmortalizada desde mil puntos de vista, cada uno con sus comentarios de mil expertos juzgando lo que hiciste mal, y lo que debiste haber hecho. Pasa de ellos.

TANDAS: CUANDO LO HACES BIEN:

Llegas al circuito pensando en las musarañas, y sólo quieres ponerte el casco para dejarlo todo fuera, y empezar a "investigar", a ver qué pasa hoy, a ver cómo va el coche, cómo está la pista, con quién me toca rodar, quién será el que haga la gañanada del día, etc. Vienes repleto de gasolina 98, tienes las ruedas que necesitas, y no te preocupa nada en gran medida, aunque sabes que siempre pueden fallar mil cosas que se escapan a nuestro control, y por las que no hay que sufrir.

Como no quieres precipitarte y vas a tener tandas para aburrir, no sales el primero, te fumas un cigarro mientras miras a los primeros cómo ruedan. Se sale alguno al paddock y le preguntas cómo está la cosa, te dice que todo guay, que hay un sitio un poco mojado pero todo bien. Vas viendo cómo empieza a rodar la gente, ves un poco las maneras que tiene hoy cada uno, que Fulano hoy va como un energúmeno, que Mengano no parece ir muy fino, que Pepito está on fire, y que el nuevo del grupo que se estrenaba hoy parece que va mucho mejor de lo que esperabas. Mola.

(3 amigos que rodaron este sábado por primera vez, y los 3 lo hicieron sorprendentemente bien, le echaron un par, y se lo pasaron teta. El de la foto es Alberto con su 328i coupe)

Sales a pista y empiezas a calentar. Vas dejando pasar a algunos coches que vienen ya calentitos, y no parece que vayan mucho más rápido de lo que irías tú ahora mismo si no fueras a medio pedal cogiendo temperatura. Tras una vuelta completa al trazado, a ritmo creciente, ves que las cosas siguen en su sitio. Que la curva super jodida sigue siendo igual de jodida, que la parte que te sale especialmente bien está colocada de la misma manera que siempre, que la grada está en el mismo sitio, que la hierba sigue estando donde se acaba lo negro, y otras obviedades... porque en realidad no hay más. Y lo que "haiga" de más ya lo cambiarás tú conduciendo como toque, y si hay que ir más despacio, vamos más despacio.

Y en un par de vueltas notas que todo va bien. Conoces la pista, conoces el coche, y para colmo de bienes conoces a los demás participantes. Tienes todas las referencias cogidas y bien cogidas, modificas un poco las trazadas porque hoy el coche está un poco más "así" y menos "asá" que las otras veces, y funciona bien. Hasta te permites el lujo de retrasar unos metros cada frenada, manteniendo un instante más el acelerador a fondo. El paso siguiente es que te animas a ir acelerando un poco antes a la salida de cada curva (donde se pueda), y ante el comportamiento del coche modificas otro poquito la línea, y ves que también funciona mejor. ¡Esta me la apunto que parece que va guay!

(El Putón, nuestro 325i convertido a 328i ciclado, lo dio todo, y hasta hizo un 360 antes de entrar de lado a una curva. Hay algún vídeo por ahí...)

Y entras en trance, sin pensar en nada, poco a poco te acuerdas de ir mirando más lejos, todo sale fluido, y sin darte cuenta vas alcanzando a los siguientes coches. El primero va enfriando o calentando, y en cuanto te ve salir como un poseso de esa curva se aparta, le pasas con seguridad y le das las gracias con una mano. Ves un par de curvas más adelante a otro coche, el de Juanito. Te propones cogerlo a ver si eres capaz, y en una vuelta le tienes a tiro. Aprieta el culo con todas sus fuerzas, pero tú no caes en el error de seguir su trazada, sino de seguir con la tuya que tan bien te está funcionando, y termina por dejarte pasar, aunque como vais a un ritmo parecido, el hueco que te deja es una mierda, y te hace llegar a la curva fatal colocado. Pasas delante con su ayuda, y ahora empiezas a tirar otra vez a tu ritmo, mirando por el espejo de vez en cuando, y viendo que se va quedando atrás. Sabes que Juanito peca de frenar peor que tú, y aprovechas eso para sacarle toda la distancia que puedes. Juanito se retira de la pelea y decide bajar el ritmo para enfriar el coche y los frenos. Tú vas a hacer lo mismo, pero ahora ves que delante tienes a tiro a Fulanito.

(Rodri, una vez más, sin conocimiento ninguno)

Y te vas a por Fulanito. Y alcanzas a Fulanito, y repites la operación, le acosas, te deja pasar por una mierda de hueco, te apañas con una trazada churrera para pasarle, y una vez más tiras a tu ritmo dejándole atrás, aunque Fulanito tiene un coche un poco mejor que el tuyo, y una guantera repleta de excusas.

Ya no encuentras más gente a tiro, y no sabes cuánto tiempo has estado en pista, así que decides retirarte un rato a descansar. Y te bajas del coche, y todo el mundo te rinde sus respetos, te dicen que no esperaban que fueras tan fuerte, que tu coche va mejor de lo que creían, y alguno saca el repertorio de excusas para explicar lo que ha pasado (así somos todos alguna vez).

Repites en más tandas, en todas encuentras el mismo panorama paradisíaco, el coche funciona como tú quieres, no desfallece, la pista la conoces ya con todos sus secretos, la respetas donde sabes que te puede traicionar, y abusas de ella donde sabes que puedes. Dejas pasar a los que son mucho más rápidos que tú (juegan en otra liga, vienen en remolque), te mides con los de tu talla, y hasta te permites seguir el ritmo de alguno que debería ser bastante más rápido que tú. Vas controlando bien todo, vas dejando enfriar el coche, vas gestionando el tiempo que debes estar en pista sin pasarte, y el día se pasa volando asalto tras asalto.

(Mi 323ti, con el que estoy más contento que un San Luís. Se portó fenomenal, lo petó todo el día sin rechistar, en seco y en mojado, y volvió a casa hecho un héroe sin un ruido y sin achaque alguno. Me aplauden las orejas de alegría con este coche y el resultado que da.)

Y te vuelves a tu casa muy despacito por la carretera, con el casco guardado, con músiquita, bajando la ventanilla, sin estirar las marchas, dejando que la gente te adelante con sus electrodomésticos de carretera. Todo está bien, hoy has sido el héroe del día, hoy lo has dado todo, ha salido guay, y sólo quieres llegar cómodo y relajado a casa, darte una ducha, y tomarte un copazo bien a gusto, esperando que vayan llegando las fotos y las excusas a través de las redes sociales.