¡Viva la Caspa!

Ya sabemos todos que los quemados medios solemos aprovechar los precios de algunos coches deportivos desterrados, que nadan en ese océano que hay entre lo nuevo y lo clásico... pero si en ese sector dejamos lo radical y nos vamos a lo que fue lujoso, nos encontramos de lleno con la gran nación de la caspa. Y es que entre la caspa se puede disfrutar mucho, y de paso, con suerte, hacer dinero.

Hoy iba a publicar una entrada de la serie "Qué Comprar" destinada a una selección de coches casposos, pero al plantearlo a mis consejeros particulares, me han dicho "empiezas la casa por el tejado", "la caspa es un tema muy extenso que se merece más", y "los jóvenes no conocen el concepto de coche casposo, ilústrales". Y tienen razón. La caspa es una gran nación donde vive media España, y abarca extremos entre lo digno y lo indigno. Y como nosotros, a nivel personal (no sólo en los coches) nos consideramos unos expertos en la vida casposa, vamos a dar nuestra visión de este mundo, para que nos preparemos bien, y podamos afrontar en el futuro la entrada de "Qué Comprar" sobre coches casposos.

Concepto Inicial: Casposo es aquello que, si bien en su momento tuvo algo de gloria y aceptación, hoy en día es totalmente innecesario, fuera de los gustos, usos y modas actuales, y produce rechazo social. Para entendernos: Un Opel Omega de los 80 en su momento era un coche muy digno, pero hoy en día un Opel Omega de los 80 no te ofrece dignidad alguna. Pero... ¿Eso significa que no mola? Veamos...

En sentido estricto, si algo que antes molaba y luego no, el hecho de que ahora vuelva a molar lo saca de la caspa y lo mete en lo cool. Pero para entendernos, vamos a hablar de cuando un coche, en líneas generales, y en la actualidad, se considera casposo, pero podemos ser capaces de hacer que mole. Y todo ello sin que caiga en las modas de lo cool, ni mucho menos de lo retro.

¿Para qué? Por dos motivos principalmente: 1) Porque hay coches casposos que son MUY buenos coches, y 2) Porque si consigues que un coche casposo mole, el mérito es irremediablemente tuyo, porque eres un campeón, y tienes tan buen gusto que puedes hacer gustar lo ingustable.

¿Cualquier coche que hoy no nos guste es casposo? Pues no. La caspa, aunque es despreciada, también es exquisita, y tiene unos requisitos muy exigentes. Lo obvio no es casposo, o no lo es lo suficiente: El típico coche que siempre fue una mierda, en su momento, después, y ahora, no es casposo, es una mierda y punto. Casposo es el típico coche que vivió días de gloria, de lujo y reconocimiento, y hoy está desfasado, se considera venido a menos, y poca gente lo quiere. Es como un rico constructor de la burbuja inmobiliaria que ahora trabaja en un telepizza, o una actriz de otra época que se echa a perder, y tras sucesivas operaciones tratando de luchar contra la gravedad, intenta dárselas de diva aunque nadie le haga caso. Eso es la esencia de la caspa.

Porque llegar a un evento de alto nivel y que digan de ti "qué elegante viene con su Mercedes nuevecito" no tiene ningún mérito, y en cambio que digan "viene en un Mercedes viejo, un poco cutre incluso, pero el caso es que es bonito, resulta elegante", es un triunfo en toda regla. Porque ganar "amigos" en unas tandas con un flamante deportivo mítico (o nuevo) no tiene nada de novedoso, pero hacer "amigos" en el mismo contexto con un coche casposo, es de jefes.

Y entre la caspa hay jerarquías. Hay coches casposos de mucho nivel, y de poco nivel. No porque sean más o menos casposos, sino porque son más auténticos, más divertidos, más "comprensibles", y también más penosos, más graciosos, más horrendos, y más lamentables. Según dónde escojamos, cómo los modifiquemos (o no, según cada ejemplar), y la actitud con la que los conduzcamos. ¿Ejemplos? Pues claro, porque esto es lo divertido, y lo que estáis esperando:

(Para no perderse detalle... madre mia...)

Un Chrysler Le Baron (uno de mis asesores en todo esto tiene uno bien escondido, esperando su momento de gloria, y lo sabe) es un coche que nunca va a querer nadie. No es elegante, no es gracioso, no es potente, no es lujoso, y mecánicamente tiene un V6 de 3 litros con la friolera cifra de 120 caballos de potencia transmitidos a las ruedas delanteras mediante una asombrosa caja automática a la americana. En su día era un coche de clase media-alta con estilo, con el que pasear por Hollywood Boulevard despacito y contemplando la vida pasar... pero hoy no, ya no. Acojona, ¿Verdad? Pues bien, estuvimos hablando de qué hacer con ese coche, y en qué contexto sacarlo a la calle, y no se te ocurre ninguna excusa para salir conduciendo ese trasto. Si lo conduces bien vestido y te ven llegar, parece que algo raro está a punto de suceder (pero raro en plan desagradable, en plan rarito). Si lo conduces en plan "soy racing hasta con este cacharro, mira lo que soy capaz de hacer correr" vas a hacer el ridículo más espantoso. Si lo conduces con la decencia de "conduzco lo que puedo, no tengo aspiraciones con este coche" tampoco cuela, porque es malo, lento, y con un mantenimiento absurdo (consumo, piezas difíciles de conseguir, no tiene espacio, ni lujos, ni es cómodo realmente...). Pero... amigo, si yo te veo llegar con un flamante Le Baron, escuchando los grandes éxitos de Barry White, y te bajas de él con una camisa de flores y un bigotito de actor porno de los 80... la cosa cambia. Tienes todos mis respetos, y de paso pensaré que algo tramas, y nada bueno. Esa estética que pusiera de moda la saga Grand Theft Auto tiene su punto molón, casi sofisticado, y que convierte al ejemplo expuesto en el maestro de la caspa, nivel +100.000. ¿Tú quieres eso? No, y yo tampoco (mi novia imagínate...), pero sirve como ejemplo de que hasta lo insalvable puede ser salvado en esta gran nación que es la caspa, a la que todos amamos con el corazón.

(Chris Cornell siempre ha lucido unos bigotitos gloriosos. Sirve bien para ilustrar el asunto.)

Pero con un ejemplo más "aceptable" para todos, podemos adaptar el caso anterior a un Mercedes SL500 de los 90 (R129). Es un coche que en su momento era lo más de Mercedes (y decir eso es decir bastante), costaba un riñón en una época en la que los precios de estos coches eran inalcanzables para la mayoría, y mecánicamente es un cochazo. No es un deportivo en realidad, no es para correr como nosotros queremos, pero no por eso es un mal coche, ni muchísimo menos. Hoy en día nadie quiere estos Mercedes, por cuestiones que ya explicaremos en la entrada correspondiente de "Qué Comprar", y por eso tienen un precio bastante de risa para lo fiables y agradables que son. De esta forma, estos Mercedes se sumergen de lleno en el terreno de lo casposo. Y es verdad. No cuela como coche de lujo elegante en estos momentos, porque el modelo siguiente, también desfasado, es más comprensible y actual, y el modelo anterior es ya casi un clásico que empieza a estar buscado. Pero si no caes en el tuning ni en tratar de actualizarlo con cosas que no corresponden, y lo dejas bonito, bien puesto, y limpio, es un coche que va muy bien, que es muy cómodo, tiene mil comodidades, es fiable, anda (no es para correr, pero los que tienen V8 andan con mucha decencia), y puedes quedarte con un coche muy molón, de la vieja escuela, que da gusto conducir cuando estás cansado o quieres hacer autopista, y que a buen seguro se revalorizará en unos años, por ser un Mercedes SL, cuando pase de ser viejo a ser antiguo. Me veo saliendo de unas tandas con mi E36 berraco, llegar a casa, ducharme, coger el SL500 y bajarme con mi novia a cenar como un capitán general. Y tú también te ves, y lo sabes, no mientas. ¿Que la misma escena molaría más con un SL más moderno, caro, y lujoso? Claro que sí, pero a mi no me daría el presupuesto para ello. Si a ti sí, probablemente hagas mal leyendo este blog, no te vamos a dar más que malas ideas.

(Sabes que sí. Lo sabes de sobra.)

Y si bien es cierto que los Mercedes, Audi y BMW de la época 80-90's son muy dados a esto de salir bien parados de la casposidad (siempre que lo hagas bien, porque las probabilidades de cagarla y hacer el ridículo son elevadísimas), hay opciones alternativas a lo que todos solemos ver, y con las que nos la jugamos más. Pero el riesgo nos encanta, y cuanto más peliagudo sea el modelo, mayor la gloria cuando lo consigues.

Hablo de coches desterrados, pero que si bien mecánicamente son muy decentes, sus años de coches premium y bien vistos por cualquiera han quedado lejos, y probablemente nunca volverán. Ahí tenemos los primeros Opel Omega, que aunque a ojos de la mayoría son bastante feos, no dejan de ser coches alemanes con tracción trasera y motores V6 de gasolina que no se mueven mal. Y el que piense que no hay nada que hacer con un Omega A, que eche un ojo a los Lotus Omega, por cómo corren, por lo que molan, y por las cifras absurdas que se pagan cada vez que sale uno a la venta. Hablo también de los Saab 900 de los años 80 (y mañana el de los 90, ojo), que sí, todos conocemos el Saab 900 Turbo, pero los no-turbo están ahí, con su cola de pato, su culo raro, su parabrisas medio redondeado, su salpicadero tipo cabina de avión ochentero (que me hace recordar lo mejor de Aterriza Como Puedas, y llorar de nuevo la muerte de Leslie Nielsen, un maestro de la caspa entre los mejores). Si lo sabes hacer, puedes tener y conducir un coche magnífico sin parecer un tío raro al que no presentarle a tus hijas. Porque pueden molar si uno sabe cómo hacerlo. Y son coches buenos, que valen la pena.

(Cuando te vayas a poner a hacer tu réplica del Lotus sobre el Opel, toma nota de las aletas traseras... Tiene miga el cambio...)

¿Cómo se hace?

No se puede explicar. Lo mejor es que te sumerjas en la caspa y observes a tu alrededor, saliendo de vez en cuando a tomar aire, para no perder la noción de la normalidad nunca. A veces un coche necesitará que lo retoquen de alguna forma, y otras precisamente lo contrario, que lo dejen estar como es, o que lo "des-tuneen" por los estropicios de un propietario anterior. Unas veces se tratará de un coche con el que se puede correr de verdad haciendo un par de cambios, y otras simplemente moverse con encanto de un sitio a otro, disfrutando de la vida, y de un coche que va realmente bien.

(Típico desastre. Joder déjalo como estaba. ¿A qué coño viene montar una especie de paragolpes AMG del modelo siguiente a uno anterior que no pega ni con cola?)

Pero hay un par de nociones básicas que valen para casi toda la caspa: 

- La regla sagrada que gobierna a todas las demás: NUNCA CAER EN EL QUIERO Y NO PUEDO. Ok, en realidad todo esto es un quiero y no puedo como una casa, ya lo hemos mencionado en el ejemplo del Mercedes SL... Pero entiéndeme, una cosa es que no seamos millonarios, y otra que no podamos disfrutar de coches buenos con decencia, sin que parezca que perdemos el culo por parecer millonarios con un presupuesto de 5.000 euros para un coche de lujo. No. Eso nunca. What you see is what you get, no intentamos pasar por ricos, intentamos disfrutar de un coche magnífico, y si se puede, hacerlo más magnífico (frenos de una versión mejor, asientos de piel en buen estado, unas llantas chulas de la época, etc.). 

- Nunca tratar de sacar el coche de contexto: Son muy pocas las excepciones a esta regla. Si el coche no sirve para correr como un loco, no lo intentes, harás el ridículo. Si es para moverte con comodidad y lujo, úsalo para eso, y disfrútalo al máximo. Un BMW 850i nunca fue un coche para circuitos, pero para ir elegante y cómodo con un coche bajo, largo, afilado, y un motor de 12 cilindros como 12 soles, no hay nada igual. No meemos fuera del tiesto. Un utilitario molón a lo mejor puede funcionar como coche racing casposillo, pero son pocas las ocasiones, porque la mayoría de utilitarios peleones ya los conocemos todos, y por ser conocidos y buscados, no entran en territorio de lo casposo.

(Observa la diferencia sutil entre el puto drama de arriba y la maravilla de abajo. ¿Lo ves?)

- Siempre ser razonables, aunque signifique que no es razonable. El ejemplo del Le Baron es ilustrativo: No me cueles que tienes esa mierda de coche porque te parece práctico, porque es para moverte, o para viajar, porque todos sabemos que ese coche no sirve para nada de eso. Es lo menos razonable del mundo. Si me dices que tienes un Saab 900 cabrio para salir por ahí los fines de semana, o porque tu abuelo tuvo uno y te encanta, me quito el sombrero, y me parece un coche precioso y maravilloso para ello. Y a veces lo que no es razonable también funciona, precisamente porque cae en la ironía, y hace gracia: "Tengo un SL600 de 12 cilindros porque lo uso a diario y es muy baratitio". "Tengo un Le Baron porque es un coche precioso con el que las mujeres caen rendidas a mis pies". "Me compré el Omega porque lo uso a diario en ciudad y se aparca super bien en cualquier hueco". Eso es gracioso, eso es de descerebrado, y muy de nuestro estilo, que para un 10% de uso racing justificamos la compra de un coche que el 90% no nos resulta cómodo, y traga mucho, porque somos así. Eso es muy nuestro. Lo otro no, lo otro ni es razonable ni sarcástico, es de tío que oculta algo raro que le lleva a hacer cosas como esta.

- Estar orgulloso de la casposidad. Si tú mismo no estás seguro de querer lo que estás haciendo, es mejor que lo dejes. Si te compras un coche casposo y lo puedes disfrutar, disfrútalo como hemos recomendado, al máximo. Si hoy en día los chicos visten con pantalones apretados de chica que les marcan los gemelos y encima son pesqueros, por qué no vas a estar orgulloso de conducir un buen coche, que ya no está de moda, pero no deja de ser bueno por eso, y que probablemente se ponga de moda un día, y se pagarán a precios totalmente injustificados...!?

(Llamadme loco, pero me parece que este señor que anuncia el antiguo Le Baron es el mismo actor que hace de malo en Agárralo Como Puedas, junto al mítico Leslie Nielsen, al que ya hemos mencionado...)

Creo que ya todos tenemos una buena noción de lo que es la caspa, del género casposo, y de lo muchísimo que lo amamos. Es una gran nación en la que cabe casi todo, con una democracia tan absoluta que los grandes reyes de antaño se cotizan igual que grandes aberraciones de clase baja de los mismos años. Es un sector del que muchas veces salen mitos que se cotizan por las nubes más tarde, y en el que uno puede conseguir un negociazo si sabe escoger bien. La caspa es buena, es necesaria, y te brinda dos oportunidades únicas, para disfrutar de buenísimos coches a un precio de risa, y para demostrar que realmente puedes molar hasta con lo menos molón. En la caspa sólo viven bien los que saben ver la vida con un indudable sentido del estilo y un considerable sentido del humor, los que están dispuestos a disfrutar de la calidad al margen de modas, y los que saben distinguir el grano de la paja.

Lo casposo puede brillar más que nunca, y que vuelva a vivir sus años dorados de éxito y glamour sólo depende de ti.