Rarezas

El misterioso y confuso mundo de las rarezas, coches bizarros, conocidos o no, pero poco frecuentes. Sus engañifas, su valor, su no-valor, y otros fenómenos paranormales que tanto nos gustan en esta nave del misterio...

Siempre me ha gustado comparar los coches a las personas. Sé que es de mal gusto, pero encuentro muy socorrido explicar algunos fenómenos personificando a los coches, a modo de fábula. Y aquí no podría ser de otra manera.

Igual que ya hablamos de una enorme nación en el mundo de los coches, como es la nación de la caspa, hoy nos toca hablar de una pequeña población, donde se concentran los coches-rareza. Esta pequeña población de escasos habitantes tiene dos barrios: el suburbio, y la urbanización de mansiones de los ricos. Entre ambos espacios hay una pequeña y rara franja de calles intermedias donde subsiste una reducida clase media. ¿De qué cojones estoy hablando? Os lo explico:

Cuando alguien te dice algo parecido a "es que soy una rareza", o "es que soy único", suele explicar dos cosas bien distintas: Que o bien es un "fuera de serie", o bien es un personaje sin mucho provecho que prefiere hacerse valer diciendo que su singularidad es un valor añadido. Vamos a aclararlo aún más (es decir, hago una aclaración sobre la aclaración): Sirve tanto al que es una rareza por ser un tío que habla 6 idiomas y tiene unas dotes únicas para resolver crímenes, como para el que no sirve para nada pero es el único ser humano capaz de chuparse el codo (confío ciegamente en vosotros, así que no lo intentéis ahora, porque no se puede).

(Como cinéfilo, no podía dejar pasar la oportunidad de poner una foto de esta película clásica en esta entrada. El que adivine el nombre se gana un sugus. Pista: Está hecha por verdaderos personajes extraños de circo.)

De esta manera, tenemos dos ejemplos de lo que la gente suele llamar un coche rareza: Una versión especial de un Lancia Beta que sacaron para homologar el coche de competición (Lancia Beta Montecarlo), por ejemplo, y una versión marginal de un coche generalista que sacaron con un techo de lona que se abre (con una rigidez estructural que te permite doblarlo por la mitad varias veces y llevarlo en una cómoda maleta con ruedas). El primero tiene valor, está buscado, y pasa a la historia de los coches, mientras que el otro fue un despropósito comercial que no sirvió de nada en su momento, como no sirve de nada ahora, y probablemente (99%) no servirá de nada en el futuro, pero que su desafortunado dueño te quiere vender con el precio inflado, bajo el pretexto de que su coche es una rareza.

Entre ambos extremos del pueblo de las rarezas hay unos cuantos términos medios que salen más o menos bien parados. El típico coche que está bien visto por el aficionado medio, pero que no es rareza, en alguna versión curiosa que no le reste valor, y que tenga su interés. El típico japonés pata negra que mola, en su versión gorda, con especificaciones JDM, que en UK se encuentran a patadas, pero a todos nos gustan y están realmente bien... Son pocos, pero bien avenidos. 

Y es que si en la nación de la caspa había mucha variedad de habitantes, en el pueblo de las rarezas hay también para todos los gustos. Hay coches que son rareza sin serlo, y que su autenticidad es quién los tuvo, o cuando los tuvo. Un Porsche 996 no es nada del otro mundo, pero si es el 996 de un actor famoso, o de un ex-piloto, y se puede demostrar, la cosa cambia. O ni si quiera llegamos a eso, simplemente que se tratara de la primera unidad vendida en tal o cual país, o el último de la serie. Y aquí muchos pensaréis "me importa un huevo de quien fuera el coche, no le aporta nada que yo vaya a disfrutar", y darán en el clavo de esta peliaguda cuestión, porque el valor de las rarezas es tan relativo como la importancia que le quieran dar el vendedor y el comprador que cierren el trato. 

(Me puse a buscar fotos de Talbot Horizon y encontré esta Serie Limitada de verdad...!)

A mí, que un coche fuera de Justin Bieber, me toca un pie. Para una quinceañera con las hormonas revolucionadas vale la pena vender a sus padres a cambio de tener ese coche, por si algo del ADN de su anterior dueño se le pega en su piel llena de purpurina. En cambio, que me digan que el 911 clásico que se subasta en tal sitio era el de Steve McQueen, o cualquier astro similar, me hace removerme de gustito en la silla de la oficina, y salgo a comprar los euromillones a ver si cuela... Hace unos años recuerdo que se anunciaba en Madrid un MG B que fue del cantante Raphael. Costaba 7.000 euros creo recordar. Claro ejemplo de coche que tampoco es caro, que tiene su componente de rareza por ser de un artista conocido, pero que no parece haberse encarecido por ello. Se ve que no mucha gente preguntó por él, porque el anuncio duró unos cuantos meses...

En villa-rareza hay también mucho cachondo. Desde el que te quiere colar a precio de clásico cotizado un Seat Ritmo, porque ya casi no quedan y es una rareza (que tendrá su valor, y será buen coche, no lo pongo en duda, pero que tampoco me vendan la moto), al que te pretende explicar que su Talbot Horizon es un coche muy raro y buscado porque es el único que ha visto que tenía un extra de equipamiento que los demás no llevan (true story). También están los que se hacen un vinilo en el plotter de su hamijo juan y que reza "sport edition" o cualquier despropósito similar, y te dicen que es algo único (incluso los he visto con una chapita grabada como los collares de los perros, metida con dos remaches en el salpicadero, que dice "limited edition"). Y te dicen que es de una edición especial que había en la época, y que de estos se ven pocos ya, mientras asientes con la cabeza y piensas "no sé si de verdad se cree lo que me está contando o es que tengo cara de imbécil, cosa que debería solucionar cuanto antes, y que explicaría otras muchas cosas malas que me suceden en la vida".

(Había un Ritmo Abarth, lo sé. No es este. Guardad las antorchas y las azadas.)

Pero también hay gente que te cuenta el relativo componente rareza de su coche, que es verdad que lo tiene, aunque pequeño, y no pretende cobrarte por ello, porque son personas de bien, y no vienen a sacarte dinero ni a venderte humo. Mi 323ti no es ninguna rareza, pero el tío que me lo vendió me explicó que tiene su miga: Es un E36 del año 2000, cuando ya se vendían los E46 (desde 1998 creo), que al ser de los últimos que se hicieron venía con el color Imola-Rot de los E46 con pack M, y que venía con una serie de cosas por ser de la edición final "Sport Limited Edition", de hecho en la ficha técnica viene como "BMW Serie 3 323ti M". Pues guay, es bueno saberlo, a mí me gusta que tenga cosas molonas que otros no llevaban, pero desde luego no pienso pagar ni un euro más por todo esto que acabo de contar. El tío me lo contó, el precio era justo, se lo pagué, y tan a gusto. Si me viene a cantar la misma canción para justificar que el coche cuesta 1.000 euros más que otros menos raros que hay a la venta, me hubiera entrado la risa floja.

Hay coches de rareza intermedia, que no se cotizan caros por quedar pocos, pero que a mucha gente le gustan, los busca, y son dignos de cierta admiración en muchos sentidos: Nissan Silvia S12, Mitsubishi Starion, algunos Honda antiguos con mayor o menor fortuna, ediciones y versiones diversas de los Alfa GTV, 75 y similares, y un larguísimo etcétera de habitantes de la rareza, muchos de los cuales también pasan largan vacaciones en la nación de la caspa. No son joyas, pero están bien, tienen su punto de gusto comprensible, fueron deportivos notables en su época, y están poco vistos.

(Esta foto es de una subasta reciente de RM Auctions / Sotheby's. Ponte a sumar...)

Y tú te preguntarás... ¿Para qué quiero yo saber de rarezas si sólo quiero un coche que corra y que mole? ¿Qué me aporta a mi esta mierda que me has colocado a primeros de diciembre? Pues a parte de cultura general automovilística para usar en tu bar de confianza, toda esta mezcla de fenómenos paranormales es la explicación de muchos bienes y males que hay en el mundo de los coches actualmente:

Es el motivo por el que durante muchos años se ha mantenido la floreciente industria de las chapitas del Norauto, que convierten tu coche generalista en un ///Mpower, en un AMG, en un Type-R o en un Coupe o Sport, independiente del modelo y marca que sea, por tan sólo 6,95. 

(Toda la exclusividad que necesita tu coche. Porque esas llantas del Norauto y esa tira de 6 metros de moldura de cromada nunca fueron suficientes.)

Es la causa de que en los niveles estratosféricos de las subastas de clásicos de lujo se infle una burbuja que espero acabe estallando: 

-Oye, este Lamborghini Miura ya de por sí cuesta una fortuna, ¿Lo podemos vender más caro? 

-Vale, como necesariamente tenía que ser de algún millonario famoso de su época, vamos a certificarlo y decir que perteneció a un famoso millonario de la época, y con esto se cotiza un 30% más caro (aún). 

-He encontrado el único 911 2.7 RS que perteneció a un holandés cojo, Porsche me lo va a certificar.

-Eso es parte de la historia de Porsche, métele un 40% más de precio, que la gente nos lo quita de las manos.

(Estos días se subasta el Miura que aparece al principio de la película The Italian Job, la original, la antigua, la de verdad. ¿El precio? Infame.)

Es la razón por la que mucha gente consigue vender un coche invendible, por la que algunos se inventan una edición que nunca existió, o imitan una existente. Porque aún hay gente que se cree esas cosas y le dan un valor que nunca existió. También hay gente que sigue creyendo en los Reyes Magos, en el Black Friday, o en los esquimales, y no pasa nada.

En definitiva, creo que lo más razonable es no estar ni a favor ni en contra del valor que se le pueda a una rareza, o decir si está justificado o no su sobreprecio, y dejar que sea cada uno el que decida con su dinero si quiere pagar de más por ello o no. El mercado fluctúa y no siempre tiene razón, pero yo con mi dinero hago lo que me da la gana (en realidad no, ya me gustaría), y yo decido si quiero pagar más por algo que valoro, o si prefiero pagar menos por uno que no tiene una peculiaridad que no me aporta nada. Es lo bueno de todo esto, que como decía mi abuela, "hay más días que longanizas", es decir, tienes tiempo, hay muchos coches donde elegir, y la elección de pagar más por un coche que tiene alguna cosa de valor relativo, sólo la tienes tú.